A una dependienta

Carlo Enrique

 

 

No me dejes solo, costumbre. No te lleves tus ojos a paso doble hacia el supermercado. Yo te amo y el espectáculo de los niños de nuestras cabezas no debe esperar a la catástrofe de la distancia.

Yo renunciaré al aislamiento de cuero y fino cartón y edición popular tres soles. Pero no me confines al rincón del aseo, al de las latas chancadas que puedes sustraer.

Aunque pensándolo bien, así agarras pena y me llevas en tu bolso a dar una vuelta por tu cocina, y cuando me abras quizás te eches a llorar. Entonces yo, aun manchado de la conserva diré: mírame todavía no expiro y si respiro es por tu gracia de huir, así que agradezco los tacones y los celos, porque, mi bien, si he de codiciar algo, es tu cariño.


Carloenrique

  • Autor: Carlo enrique (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 7 de febrero de 2013 a las 23:42
  • Categoría: Amor
  • Lecturas: 120
  • Usuarios favoritos de este poema: Jareth Cruz
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