*
El Otro se oculta en el ala muerta,
más allá de la puerta,
sé que está ahí,
arrojado como una piedra,
sabe de mi presencia,
sabe de mi sufrir,
dos gatos que se miran,
el reloj, horas secas,
viento de verano,
lejanías, ausencias,
amores que suspiran,
noche que comienza.
**
Siento su agónica lujuria.
Nadie ha mencionado su nombre,
yo lo vi hace años,
parecía mi rostro,
pero algo en el espejo
no era de este mundo,
mirada perdida en el tiempo,
imagen sin reflejo,
el cuerpo casi seco
descarnado,
sin aliento.
El Otro era un animal,
sin esencia,
la figura de un espíritu sin rostro,
sin nombre,
olvidado por siglos,
ataque neurótico,
la sombra del Hombre,
inyecciones olorosas a locura,
tratamiento “para calmarnos” …
y su mirada vuelve como la luz negra
desde los caminos del inconsciente,
ventanas vacías y oscuras.
***
La puerta está lejos,
me acercaré lentamente,
me arrastraré como un demente,
serpiente bíblica,
infernal cortejo,
batas blancas,
la clínica,
suspiros moribundos,
narcóticas líricas.
Él está enfermo,
ya nos es humano,
carece de religión,
voces del Averno,
el olvido de todos,
la “cosa” oculta
detrás de la puerta,
baúl profundo,
psicosis insepulta,
manos grises,
ansias secretas.
****
"Ya no es el mismo,
es un viejo"...,
enigmas cercanos.
Ya casi llego,
falta poco,
la abriré.
Veo una luz leve,
Amarilla,
¡No estoy loco!
La puerta es hermosa,
blanca,
silenciosa,
comienzo a empujar,
mi ser se detiene,
casi toco,
ojos de roedores,
luces bajo la cama,
niebla que me arranca,
sangre dolorosa,
rojo entre los dedos,
brillantes colores…,
Al fin, veo la habitación cuadrada,
en el centro una cama,
dos almohadas.
una mano de animal que cuelga,
delgada, un cadáver,
la Vieja que aparece,
alama sentenciada.
*****
La luz opaca,
habitación cerrada,
venas temblorosas,
todo da vueltas
como sombras fugitivas,
arrastro mi cuerpo
hacia el borde de la cama,
me impulso,
¡quiero ver al Otro, al enfermo!
¡Al fin! ¡Al fin!
¡Noooo! ¡Dios, nooo!
Aprieto los puños,
huyo hacia la escalera,
me dejo caer,
mi silla de ruedas.
¡Dios, nooo!
¡Dios, no puede ser! ¡Por quèèè!
Las luces del cuarto se apagan,
espectros del anochecer,
maldiciones abiertas
hasta el amanecer…,
el Otro duerme
detrás de la puerta.
- Autor: Gerardo Barbera (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 8 de febrero de 2013 a las 17:12
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 82
- Usuarios favoritos de este poema: claudia07, ZAHADY
Comentarios2
que letras amigo . excelente .abrazos
ME GUSTARÍA TUS OBSERVACIONES, PARA MEJORARLO
SABES QUE ME DIERON ESCALOFRÍO LAS PRESENCIAS
PROMETO MAÑANA DARLE UN ANÁLISIS MÁS PROFUNDO... AHORA DEBO ENTREGAR LA PC A MI HIJO QUE DEBE TRABAJAR CON ELLA...
¿PUEDO HACER PREGUNTAS VERDAD?
HASTA MAÑANA GERARD...
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