Eres ya tan conocida
que desvirtuaste tu nombre.
Ahora, eres mi amiga,
confidente y compañera.
Te dejas acompañar por mí,
juntas hemos aprendido,
conformes, sin condolernos
e ignorando nuestro sufrir.
Yo no elegí mi sino
menos, el conocerte a ti.
Tú sabes de dónde vienes
tú sabes, ¿por qué a mí…?
Sabemos lo que importa:
hay muchas cosas qué hacer
que el espíritu disfruta
y necesita de las dos.
No te diré: “te vencí”
No pienses que me venciste…
Somos parte la una de la otra,
¡Aprendimos a convivir!
- Autor: Annabella (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de febrero de 2013 a las 15:48
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 209
- Usuarios favoritos de este poema: Andra, matteo, Jinete_nocturno
Comentarios1
Muy bueno!!
Sii, claro que sí, se aprende a convivir con ella, y te digo mas, en este aspecto hay que saber "aprovecharla", porque de ella se aprende mucho.
Abrazos enormes Annabella!
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