1- LENTAMENTE
Recuerdo no hablarte...
Porque el invierno
reclamaba una hora más cálida.
Sí sentir...
El viento llorar en tu oído,
el mudo silencio afligido
conquistando tu dulce esfera.
En tus ojos ardía el momento.
La voz recogía su lengua anticipada.
Y lento...
El invierno iba dejando
el amarillo caído
en las palomas posadas en tu frente.
Recuerdo
mi boca dejar su espasmo rígido,
pronunciar palabra de rocío y
largamente en la cresta del arco
irisado pintarse mis labios de acrílico,
y mi boca descosiendo las costuras de tu alma,
como si cada hilo en mi voz fuese semilla
y tu oído el único sembradío
en los huecos cavados de la tierra.
Mientras el aire de la tarde se colmaba
de voces en los árboles de la guerra,
yo me extendí en el lecho lentamente
a contemplarte, y susurrar te amo.
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2- UN DESAMOR y UNA NUEVA FLOR
Salía de un inmenso y lúgubre cemento
de nombre hospital/
Había transitado el signo del coma,
mi cuerpo como descapotada calesa
entre los metales de una móvil silla
de cuatro ruedas avejentadas
bajando el mosaico del umbral/
Entonces creía que el cariño de la mano
había sepultado su rencor.
Quise narrarte a tus dobles oídos
el dolor de mis prados en la espalda,
el retumbar de mi mente estrellada,
el aguijón que en mis pies hizo morada,
el cielo del blanco yeso
y mi vigilia de cama anclada/
Sin mas espera que tu llegada me pregunté?...
¿Vendré aquí en regreso a renovar
el sentido del antifaz de la muerte conocida?
¿Del otro lado de la reja
estarán sus pies de raíces iluminadas?
Obtuve la paciencia del atrasado reloj
pero mi latido ya sonaba a muelle abandonado/
Fue entonces que te bajé de la colosal montaña azul
y regresé tu estatua de trapo al inestable mosaico de los mortales/
Fuiste llama que encendía mis hogares,
pero entre los fuertes vientos me arrojaste
como un pabilo de cera apagado/
Olvidé tus dos copas de frente.
Olvidé tu palabra con semblante y
Olvidé el deleite de tu ojo encontrado/
El tiempo trajo su nueva suplencia
en un rumor de súbito paso,
una azarosa emergencia de encuentro/
¡Una flor!...
Una flor que no se partía contra mis muros
ni olía a tus jardines olvidados/
Una flor que mi mundo ignoraba/
Un nombre que tu voz desconocía/
Venia de lejos...
De...
Nunca pregunté su origen de alhelíes
ni su rumbo de esparcida violeta/
Le conté a un solo oído mi fractura encolumnada,
ella estableció en su cuello
la flexible sonrisa del girasol y
apoyó su verde cabeza de espiga acariciada/
Yo estaba erguido de aspecto
como maizales rectos elaborando su fruto,
mi interior llevaba la maca de la uva maltratada/
Era el canto tísico de la sustancia sajada
cubierto de parches pelosos sin sonido/
Ella traía sus propios golpes
con música a flamenco llorado
y los nuevos hilos negros
en su pelo a clavel de odio olvidado/
En sus manos azules traía la marea compartida,
su uña fuerte partía la calada manzana
y en un infinitivo sin despedida
estableció sus potencias en mi corazón aliviado/
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3- ERNESTO - prosa poética
Hubo un antes de los cuadrados polos y las doradas chaquetas.
Fue el tiempo de los cerrados silencios donde los Ándes parecien inmóviles y la barrera del cobre Boliviano una frontera de minerales disputados/
Del enfrentado Rosario natal a la oxigenada Córdoba del aire puro
inició su viaje de incógnita aventura moto ciclada, retornó luego a sus membranas y gasas de alimento
donde el tejido fuerte de su emolumento
lo catapultó con el vigor de la roca incaica al mundo/
El “único Ernesto nítido” iba desenmascarando la vergüenza planetaria,
el antifaz del hombre no hizo mínimo obstáculo de rodilla doblegada.
Mientras... La selva mimetizaba su oscura barba,
del sur Patagónico a los colosales imperios iniciaba el fuego del habano y el ron encendido iluminaba su camino destinatario/
La historia iba registrando su épica en infatigables papeles.
La tierra abría su párpado de vista fecunda, mirando sus ojos de condena y la feroz boina rebelde de mano curativa/
Fue la arcilla para el compadre y su sangre ferrosa derrotó al enemigo/
Cuando dela Cubaaislada bajó sus ideales de regreso
emergió el púrpura su suero gallardo que derrotó al tiempo de la maquinaria/
Su oído se hizo vista de memoria del Sur Austral al Afganistán donde
los poderosos doblaron sus monedas de derrota/
Amaneció su tacto en la rosa salvaje dormida e impregnó sus colores de única lengua/
El arbusto sorbió la potencia del acero y la harina expulso su dejache/
Anduve su tierra de exquisito sentido con la blanca bandera de las uniones
compartiendo la luz nívea rondando sus ojos de futuro/
Del vientre de la isla descendió como un “Che” y la historia narra todos los idiomas en su palabra entre la espesa selva indomable del eterno Ernesto.
El sicario imperial que jaló el gatillo se encarceló en las torres salvajes de una península/ Condenado mortal que llevó su palabra en la memoria insana con el peso de sus últimas palabras dignas del tormento, fue un servil que el “Ché” descono/Cia/
El aleve supo que no disparó a un cuerpo
sino al orgullo de la raza humana centrada en un hombre.
Mundial patrimonio.
Pequeña esfera de riqueza,
en una paradójica Argentina rica y enflaquecida/
Irrepetible “Che”/ A tu memoria aun viva.
Este escrito no conlleva ningún tinte ni partidismo político.
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- Autor: RICARDO ALVAREZ ( Offline)
- Publicado: 14 de febrero de 2013 a las 11:34
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 55
- Usuarios favoritos de este poema: monique ele
Comentarios1
Magnífico!
Me quedo con las dos primeras...
saludos
te agradezco monique. mis saludos. ricardo
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