Epifanía

lemos maximiliano

 

Revolotean las hojas que el viento corre, persigue.
Distante en la noche, la luna, blanca como un destello
que entra a la habitación y quiebra la luz mezquinamente.
En el rincón más oscuro, tres lágrimas nacen de mis ojos. 

 

Puedo ver por la ventana la niebla de la noche, espesa,
los arboles de un bosque gritando silencios que aturden.
Las estrellas lejos se mueven,  dibujan en el infinito
trazos de nostalgia que empobrecen el paisaje. 

 

Y apareces, esencia inerte y vigorosa que me rodea entero,
hablas ocupando el total de mi entorno, gris y maltrecho.
Te desvaneces y te pierdo en mis manos que no sienten,
que no viven, que no acarician esa epifanía de amor que vivo.

 

Miro a todos lados y no te encuentro, pero percibo tu mirada.
abrazas mis espaldas y besas mi cuello insensible, escalofriante.
Más silencio, más oscuridad, más ausencia y soledad,
marchaste y el sol aparece, frío, cruel y sombrío, muy lejos.

 



Lemos Maximiliano Daniel.
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