Sus pies dormidos y blancos,
sus tobillos de lujuria,
sus muslos, dos cordilleras
que ante el pubis se juntan.
¡Yo me adentro por ellas
escarbando la penumbra!.
escalo el monte de Venus
y entre marañas oscuras
doblo y sigo avanzando
por su curvada cintura.
Mis manos,
inquietas recorren
improvisados caminos,
el valle de su vientre,
la suave y perfecta llanura
abierta para los hijos
que mis besos dibujan,
y llego hasta sus pechos
donde turgencias maduras
vierten su néctar de amor.
Toda...
Toda mi oscura pasión
escondida en un suspiro.
El magma de sus volcanes
derrite mi corazón
y yo,
peregrino de amor,
sólo por no morir,
al cuello,
su blanco cuello
me prendo
como un vampiro.
- Autor: pablo barattini ( Offline)
- Publicado: 15 de febrero de 2013 a las 22:07
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 205
- Usuarios favoritos de este poema: Sara (Bar literario)
Comentarios2
bella su poesía erótica
deja tanto en letras, como mucho para la imaginación
saludos!!!
muchas gracias Sara por comentario
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