Nada ha ocurrido, dama ideal, en mi covacha de sueños que pudiera transmutar la risa en llanto, la alegría en tristeza y la abundancia de amor en carencia.
Nada perturba el canto tierno del ruiseñor,
el vuelo fugaz y cotidiano del colibrí,
que encuentra en nuestras flores,
candorosamente cuidadas,
el minúsculo néctar
que nutre
su debilucho cuerpo.
Ni una sombra impertinente
sume en penumbras
nuestra imaginaria covacha,
ni ha faltado el pedazo de pan
que primorosamente preparas
para saciar el hambre
del sabio anciano
que todos los días nos visita para regalarnos
sus enseñanzas.
Y siempre será así.
¿Verdad, encantadora dama milenaria?
- Autor: rodulfogonzalez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 16 de febrero de 2013 a las 15:05
- Categoría: Amor
- Lecturas: 51
- Usuarios favoritos de este poema: Trovador de Sueños ...y realidades.
Comentarios1
Una genialidad tu poema de amor amigo
Saludos
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