Con tu amor y con mi amor, amada, sembramos en nuestro liliputiense huerto una simiente de lechosa que nació, creció y fructificó.
¡Con cuánto amor la cuidamos hasta que se hizo esbelta!
Luego llegaron las flores, blancas cual las de azahar del naranjo.
Y después sus minúsculas frutas que vimos crecer, lentamente, como a nuestros hijos.
¡Cuánta felicidad, amada, después de muchos intentos frustrados!
¿Son estas frutas, ahora verdes, pero más tarde amarillas, cual el oro puro, las flores que a mí me encantan y los rayos del sol, un premio vegetal a nuestros desvelos, cuidados y perseverancia?
¡Bendita lechosa de múltiples nombres!
¡Bendita lechosa que embelleces nutres y sanas a las personas sin pedir nada a cambio, ni siquiera agua en abundancia ni tierra abonada¡
¡Bienvenida seas a mi huerto y el de mi amada!
- Autor: rodulfogonzalez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 22 de febrero de 2013 a las 09:42
- Categoría: Amor
- Lecturas: 1428
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, Maria Hodunok.
Comentarios3
Una bello amor a una hermosa y bella planta medicinal amigo Rodulfo
Bello poema
Saludos de amistad
Gracias, amigo mío, y feliz fin de semana. ¿Cuándo viene para la isla? Un abrazote
PRECIOSO, ESCRIBIS MUY BIEN, ESTE ES PARA TU
ESPOSA, YO ESCRIBI UNO PARECIDO CUANDO SE
CUMPLIO EL AÑO DE FALLECIMIENTO DE MI MARIDO,
COMPARANDO LOS FRUTOS CON LOS HIJOS,
HERMOSO, SALUDITOS DE CUMPLEAÑOS.
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