Rostros de un yo: la elección. (En compañía y completo - Solo y adentro)

omu



 

-EN COMPAÑÍA Y COMPLETO-

 

- Reconocimiento -

 

Grandioso es aquel ente,

que aquejado del síndrome empático

cree en las profecías.

Y logra acumular, (polifacético;

por amplio e ilustrado)

los más sobresalientes oficios,

pudiendo darle un rostro a invisibles proyectos

que aparecían; como el fruto de utopías,

y el néctar olvidado de imposibles.

 

- Por la labor -

 

Siendo avezado alumno y eficiente mentor;

busco lo que conviene, me aseo y predispongo:

como vecino fiel y generoso,

que aborda las tareas,

con constructivos e infalibles métodos

en pos de conrear; actos y el huerto.

 

« Bendito aquel fenómeno, (más que poco habitual),

que desinteresado: blande exquisitos artes.»

 

Al anudar sus notas a los diestros compases,

cuales toca en sinfónico concierto,

habilidoso y, sin ningún esfuerzo,

un portento, al cual llamamos, nosotros.

 

Que resucita de todas las muertes posibles.

Que sobrevive frente a los azotes

de la ruda intemperie

y las tribulaciones del azar.

Del destino o azar; su veleidad:

la incógnita de sus insufribles antojos.

( Pendiendo de sus hilos;

los planetas y sus tripulaciones).

 

- Contemplación -

 

De hermosura se viste el horizonte,

cuando de veras ya somos:

un alma conjuntada.

Simplemente un pensar franco y honesto

reuniéndose en un mismo corazón.

Corazón que es de muchos,

de multitud de hombres

que reconocen latir al unísono.

 

( Que entre pactos de sangre,

aguardaban atentos;

a golpe de ideas

y a fiebre de sueños.

 

Hombres, reconociéndose idénticos

cuando se ven desnudos.

Bajo sus pies; las huellas.

las marcas de su peso.

 

Tras de sus vestiduras;

un corazón y el sexo.

Las razones e impulsos.

Control y desvarío.

Derrotas y victorias.

Los amores y odios.

Los suspiros remando

en demanda de anhelos).

 

Hombres que son capaces de romper

fatigosas cadenas con amargo

regusto a antaño.

Descerrajar: oxidados candados.

Y limar: acerados barrotes del presidio.

 

Hombres, ¡no adolescentes!.

Hombres: Sinónimos.

Que unidos acometen la labor;

tan consecuentes como responsables.

Y abolen las maniatantes razones,

que encadenaron aun siendo superfluas.

 

- Los lastres imperceptibles -

 

Sucede... al reducir el obsoleto "yo".

Un "yo" que corresponde a tantos otros

que equivocándose deambularon,

y que quizás marcharon ya hace mucho tiempo.

Merecedor de estar arrinconado, 

a cual le pido que pronto se calle.

( Pues, debe la mayor parte de su fe:

a los tiempos ajenos).

 

Achico el yo que abstrae.

Para que desfallezca,

para que no me imante

y arribe, (sin demora), su final;

a la más absoluta de las nadas.

 

Al hacerlo; acontece un estallido:

la magnificencia de la comprensión.

Que incipiente; apercibe

los restos que quedaban disfrazados.

 

- El fulgor -

 

Y entonces... Ancestrales cavernícolas

descubren todo el fuego que cabe en los instantes.

Ya dejan de asustarse de los blancos inviernos,

y de ocultar su verdad al espejo.

 

La verdad, que miedosa habitaba

ante los invidentes ojos de antes,

en una caja fuerte con doble contraseña,

rehuyendo ver la luz y dispensar remedios,

 

y cual ahora reza;

(como una confesión al estar desflorada),

desfosiliza a seres primitivos e inertes;

y empujándolos hacia adelante;

les otorga vigor, y hace clarividentes.

 

Aproxima este mundo por completo

desalienando la porción fatal,

que adormecía la conciencia del ser,

dejando moribundo al individuo.

 

La verdad que prospera

inmersa en la soluble conjunción.

a cual sobrándole palabras,

abarca lenguajes eternos.

 

¡La verdad y sus viajes!.

Permisiva verdad: nos permites intuir

los mayores y más bellos misterios.

 

318-omu G.S. (Bcn-2013)

 

   ***   ***

 

-SOLO Y ADENTRO-

 

 

Es frágil: un minúsculo "yo".

Secunda al poder de la propiedad,

errado, cree ser su propio dueño.

 

Tal "yo"; emigra de la conjunción de los astros,

de un plural unificador que sabe acerca de lo eterno.

 

(Seguro que cualquier tarde le hablará el destino,

y quitándole su máscara primitiva,

resituará sus laberínticas curvaturas,

donándole un sentido mayúsculo a su vida;

una puerta abierta y ventanas, ¡la salida!).

 

« Una escalera debe mantener su estructura.

Si pretendiera erguirse eficiente

no debiera perder ninguno de sus peldaños.»

 

Tan insignificante es mi "yo",

que aún imberbe fallece su ficticia luz al ver:

sólo las latitudes, y grados o dirección,

la plana extensión de un hemisferio.

 

( Limitado, este "yo",

aferrándose a un único

y específico proyecto,

sumido en si mismo

y apartado del resto).

 

Débil y minúsculo.

Mortal e insignificante: el "yo" del individuo,

cuando danza en un centro desposeído de iguales.

Mortal e insignificante...

...de un golpe, con un soplo de pocos años se desvanece.

Desaparece, (por escueto),

dentro de una razón de tiempo

el "yo", cuando manda omnipresente.

Se reduce a una hueca voz que perece fácilmente.

 

318-omu G.S. (Bcn-2013)

  • Autor: omu (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 22 de febrero de 2013 a las 17:16
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 56
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Comentarios +

Comentarios1

  • la negra rodriguez

    Dos grandes poemas, Siempre le huimanidad buscando ese yo primitivo y ese yo unico que es capaz de todo lo bueno y lo malo.
    besos.



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