A Cruz Victoria
Te lo juro, amada, que si de mi voluntad hubiera dependido la determinación de cuanto sería mi vida laboral, muy distinto sería mi destino, pues ninguna de las mil actividades que he realizado para subsistir y crecer profesionalmente guarda relación con lo que quise realmente hacer, ya que aterrizado en ellas cual avión sin rumbo.
Yo hubiera querido ser, por ejemplo, carretero para hacer largos viajes en rutas asaz conocidas, seguro de que a mi regreso tú me esperarías, amada, en la puerta de nuestra humilde vivienda, con los brazos abiertos y una sonrisa delatadora de la felicidad derivada de un evento, que no por rutinario, dejaría de ser encantador y fascinante para ambos, que medimos la intensidad de nuestro amor con la vara de la gratificación espiritual que nos depara, desechando la banalidad de lo efímero material.
O también, amada, jardinero para cuidar, celosamente, ese don de las plantas florales, de todos los colores y perfumes que la naturaleza, inmerecidamente, ofrendó al hombre, su peor enemigo.
O podría haber sido labrador para compenetrarme con la tierra y extraer de sus entrañas el jugo de la vitalidad, cual lo hace mi amiga de Cocollar en su cultivo de hortalizas y maíz.
O marinero o pescador para escudriñar la líquida ruta de los mares y conocer sus secretos.
O mago, para saber si mi amiga virtual está viva, yace en un lecho de enferma del que no se levantará jamás o ha mandado a las penumbras del olvido nuestra amistad a distancia.
- Autor: rodulfogonzalez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 23 de febrero de 2013 a las 12:57
- Categoría: Amistad
- Lecturas: 128
Comentarios1
muy bueno amigo, espero que lo leas, creo que nadie
tiene el oficio que quiere, yo tambien me recibi de
periodista y tuve que trabajar de maestra por los
horarios. tu amiga virtual, la tenes que buscar por
nombre.
CARIÑITOS.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.