Me gusta el helado, no sé si ya lo había mencionado
pero me gusta..
Me gusta comerlo, especialmente, en un día triste. El día está triste igual que un canario amarillo enjaulado cerca de un parque. Me imagino que debe ser desesperante mirar tanto árbol, oler las hojas, y más allá el cielo, suspirando nubes.
Bueno, no imagino, sé lo que es sentirse de aquella manera.
Por eso el helado me parece un desierto, un frío y pegajoso desierto con sabor. Depende del sabor, no, depende mucho de lo que una se piense mientras se lo come.
Me gusta comerlo lentamente, mientras el helado rompe en mi boca como si fueran pequeñas patitas comestibles. Me gusta el de mánjar, parece de seda y luego el mundo, parece un lugar mejor.
- Autor: unahuellaenelinfinito ( Offline)
- Publicado: 23 de febrero de 2013 a las 14:51
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 94
Comentarios2
Una muy interesante sensación y emoción.
Muy profundo.
muchas gracias
=)
De pistacho...para una amena conversación.... de chocolate, para un pecaminoso desahogo de la tristeza... de vainilla, en esos momentos de ambigüedad, cuando ni fú, ni fá, cuando nada importa... con frutas, sólo para estimular la imaginación.... de ron con pasas, para sentirse audaz....de maní, para comerlo despacito soñando despierta....de fresa, totalmente desagradable.
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