EN LA BRUMA

carminha nieves

                                                              

 

La bruma  destorcía, la visibilidad, bultos, indefinidos, andaban por la orilla. Sin destino.

Envueltos en la humedad, iban sin sentir, en busca de algo perdido.

En un muro, sentada una figura, con capuz, pantalón, no se vía la cara, manos en los bolsillos, miraba la arena, a cambiar de color por la oscuridad del atardecer.

Ella ya no era primavera, ni verano, era otoño.

Dentro ya la bruma se había instalado hacía mucho tiempo, la humedad también, pero distinta, era tristeza.

Una gaviota pasó quizá en su último vuelo, era hora de marchar para algún tejado. La cabeza  de la figuras, sin querer, se movió para mirarla. Por lo menos tenías un sitio para ir a esperar la alborada.

En ese momento quiso ser gaviota, volar para un sitio, en que hubiera alguien para hacerle compañía.

Movió las manos dentro de los bolsillos, tenía un pañuelo de papel, nada más.

De nuevo miró los bultos, que volvían, ella no podría volver al pasado. Quedaría, allí sentado, hasta que el frío, lo cogiera.

Bajaría e iría para donde no era su sitio, algo que por lastima, le habían dado para tener donde dormir.

Antes pasaría en frente a su casa, imaginaria lo que estarían haciendo, sentiría los olores, los ruidos, que su alma hacía, si las casas tienen alma. El casi estaba quedando sin ella. No tenía sentimientos, ni buenos ni malos, Estaba hueco, sin razón para vivir, solamente, vaguear, sin destino.

De espacio, puso las manos en el muro, bajó con cuidado, tenía las piernas durmientes, un  escalofrió, le percutió el cuerpo, se sentía húmedo, mejor ir a tomar algo caliente, a un café.

Millones de casas, de personas, en este mundo, yo sin nada, solo, un bulto en la inmensidad del no ser más que un bulto. Un grano de arena era más importante que yo. Pues quizá en verano, un niño jugué con él.

Metió las manos en los bolsillos, quitó el pañuelo de papel e  limpió las lágrimas que  resbalaban por su cara surcada de dolor.

Y caminando, fue envuelto por la bruma e desapareció.

Quizá lo vuelva a ver en un día soleado, en el mismo muro, secando sus lágrimas  al calor del sol.

Oporto 28 de Febrero de 2013

Carminha Nieves

 

  • Autor: secreet50 (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 28 de febrero de 2013 a las 13:24
  • Categoría: Reflexión
  • Lecturas: 90
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.