Creó Dios a las rosas con tanto amor, que las bendijo con el don de la multiplicidad del colorido y del tamaño.
Las hizo diminutas, cual los amistosos duendes de los cuentos y Campanita, la amiga de Peter Pan, el personaje que siempre fue niño, y que podía volar o el mundo de El Principito, tan pequeño como un alfiler.
Y las hizo grandes y resplandecientes, como las que me colmaron de admiración en el pueblito ecuatoriano de Cotacachi. ¡Cuán colosales y bellas!
Pero las más raras son las que tienen el color de la perla parecida al carbón.
¡Cuánto disfruto con el encanto de las rosas amarillas!
- Autor: rodulfogonzalez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 2 de marzo de 2013 a las 08:42
- Categoría: Amor
- Lecturas: 71
- Usuarios favoritos de este poema: Maria Hodunok.
Comentarios1
ROSAS, que hermosura, cuanto perfume, que te
hace sentir la primavera en la piel, les hiciste un
lindo poema amigo, me encanto leerte.
CARIÑITOS DEL ALMA.
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