I
Vuelvo a medir
de piel en piel
tu barro.
¿Cómo,
breve, tu arcilla,
cambia, moldea?
Montaña erecta,
mole quebrada,
peñasco:
cumbre
erosionada
por el cansado
estero.
Rósea
veranda en donde
se mira el brazo
de agua que forma
tus blandos vértices.
II
Un alfarero
que, cincelando
tus carnes, río
se hace, de palmas,
de tacto trémulo;
en jarra, en vaso,
ya te convierte.
Cazuela al fin,
en su crisol,
besa la hoguera
aquel postrer
rocío.
Ciervo
de todo barro,
cual el amante
al que es amado,
quedo, alfarero,
con mis caricias,
de tu figura.
- Autor: El poeta de lo indecible (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 3 de marzo de 2013 a las 03:53
- Categoría: Amor
- Lecturas: 75
- Usuarios favoritos de este poema: Poemas de Pepita Fernández, Hugo Emilio Ocanto, miriam quintana, Cock, rosi12
Comentarios4
Has ido modelando el poema con bellísimas metáforas
PRECIOSO, AMIGO POETA
UN ABRAZO
Con el barro has realizado hermosas figuras que después se transforman en adornos para deleite de los ojos. Un deleite ha sido tu tema. Feliz retorno. Un abrazo, poeta: Hugo
Hola 'poeta,
estos versos llegan al alma
excelente pluma
desde tu corazón a tu pulso
pincho en me gusta y lo llevo a favorito
me encanto
amigo y compañero
de letras feliz día y bendiciones
Bellas letras!!! Quede totalmente cautivada.
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