Me creí testigo de tentaciones,
sin embargo fui blanco fácil
para el fracaso.
Mi autoestima no ayudaba
en conversaciones
cuando manifestaba lo impuro
del cruel ocaso; que,
suspicaz vista,
me alejaba de tu presencia.
Fue así que conocí la niebla;
y una tormenta inquieta,
que con el viento
desnudó tu ingenua esencia.
- Autor: Luca (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 13 de marzo de 2013 a las 13:46
- Categoría: Amor
- Lecturas: 71
- Usuarios favoritos de este poema: Gama de Luz 89, ADOLFO CESAR MARCELLO, Mujer Nagual
Comentarios2
Todo un mundo de dudas y controversias, que se desnudan para dejarnos ver la esencia.
Un abrazo.
El Poeta del Amor
La esencia, tarde o temprano florece.. ante los demas..!! Uriana...
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