HOMENAJE A PAPÁ EN NUESTRO LARGO CAMINAR

leocadio

Que palabra profunda salen de mi embocadura, cuando mis sentidos que brotan de mi corazón. Nombra a papá… arrastrándome y llenando de recuerdos de mi pasado, de mi niñez llena de inocencia y de verdades que nunca mueren.

   Viajo a lo lejano,  de mi casa íntima, donde  jugaba y vivía mi vida a totalidad, me lleno de recuerdos de mi infancia, me desbordo del cariño de mi padre. Me innovo en mi interior de amor y sueños… Y sigo fantaseando con el pasado de chiquillo; que la vida me regalo, con el mejor padre.

   Como no resonar mi vida de chaval, como olvidar mis viejos juguetes… Papá_ te acuerdas del  coco. Coco… Aquel  sonido tan especial del busecito de gallinitas que me obsequiaste. Del pasear por tu finca, llena de  bosta de vacas, que por doquier había. Y la casona en aquella zona tan maravillosa, un galpón muy grande lleno de cosas viejas. Del tractor y materiales del trabajo. Y sus árboles frutales allá, al fondo y también lleno de collado y animales por doquier. Y alrededor de aquella vieja casona que nunca olvidare, esos grandes árboles, donde yo con mi cauchera casaba pajaritos. Y tú, con tus hermanos haciendo sancochos y parrilladas. Y lo más divino de aquella casona, ¡que es nuestro mejor recuerdo! las canoas del agua de las vacas, grandes para aquel entonces. Yo pequeño gozaba vallándome, y tu sonriente y feliz de verme; y gozaba de ver como sacábamos agua de aquellas bombas que parecían trompas de elefante. Que tiempos papá, te quiero, te quiero. Te acuerdas de tantos instantes que vivimos, y llevo en mi corazón ya de hombre, pero con alma de niño. Solíamos  cazar, tú con tu escopeta morocha, en esas grandes sabanas, caminando todo el día. Y por allá recuerdo que no muy lejos en ese pradera, en un árbol grande se escuchaban unas guacharacas, tú te acercaste lo más que pudiste, y disparaste. Y no funciono la vieja escopeta, echamos a reír y nos tiramos a la grama ya cansados.

   Sigo allá en mi ayer, resonando nuestras vivencias inolvidables. Y dibujo en mi mente aquel viejo camión verde, que siempre te acompañaba en tus larga faenas. Que para mí era un pasear de sueños en aquellos caminos de tu hacienda. Y siempre repaso en mi mente, que te escoltaba a donde fueras. Una vez, me monte contigo y cerraste la puerta. Y sin darte cuenta, que mi pequeña mano estaba en la orilla de ella. Mi grito fue intenso y desesperante, la puerta no quería abrir. Y tu angustiado y agitado intentando abrirla; y abrió, mi mano adolorida y yo enojado contigo sin razón. Que tiempos papá, no olvido ni olvidare.

   Sigo escudriñando muy internamente en  mi mente y corazón, cada instante de nuestras vidas y son tantos recuerdos hermosos de revivir. Como no inmortalizar estos pensamientos, con tu querer puro que mi inspira. Y plasmar, en escritos nuestras memorias.

   Sigo bosquejando en mi mente, lo que mi alma sueña, y buscan en la fantasía de la magia del regalo de un deseo del mundo mágico de mi mente y Dios.

     

 

  • Autor: leocadio (Offline Offline)
  • Publicado: 13 de marzo de 2013 a las 16:21
  • Comentario del autor sobre el poema: MI QUERIDO VIEJO PADRE EJEMPLAR, CARIÑOSO, AMIGO Y MI GRAN IDEAL. COMO NO DEDICARLE UNOS SENTIMIENTOS QUE CON LA AYUDA DE MI DIOS, LO PLASME EN PALABRAS. TUVE LA GRAN FORTUNA DE TENER UN PADRE MARAVILLOSO, COMO POCOS LO HEMOS TENIDO. Y YO EN PARTICULAR DAR TODOS MIS SENTIMIENTOS QUE HAGO PENSAMIENTOS Y QUISIERA VOLVER A QUEL CHAVAL QUE SIEMPRE ESTABA A SU LADO, TE QUIERO MUCHO PAPA
  • Categoría: Fecha especial
  • Lecturas: 64
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