En un dorado paisaje
A orillas de un lindo huerto
Donde el pajarillo anida
Y se recrea el silencio.
Sentados están dos amores
Bajo los troncos frondosos
Que no conocen la pena
Y sí los frutos sabrosos.
La hermosa niña tiene
Entre sus manos de nácar
Un ramillete de flores
Para hacer una guirnalda.
El niño la mira inquieto
¡Qué bella mi enamorada!
Y ella, al volverse a él,
El color de sus mejillas danza.
Coge una ramita de olivo
y en él la pasión se entrega
y con un gusto exquisito
escribe su nombre...¡Princesa!
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Autor:
Lydia Casillas (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 14 de marzo de 2013 a las 16:09
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 165
- Usuarios favoritos de este poema: pame hdez, Héctor(micorazón), Maria Hodunok., lindaestrella, la negra rodriguez, Elida Isabel Gimenez Toscanini, EL MANU, Luzbelito
Offline)
Comentarios9
DULCE Y TIERNO AMIGA, que magica sensillez tiene y cuantoa belleza, es un placer leerte siempre, pues nos haces remontarnos a la primer entrada de amor de adolescentes.
CARIÑITOS DE LUZ AMIGUITA.
"En un dorado paisaje
A orillas de un lindo huerto
Donde el pajarillo anida
Y se recrea el silencio..."
Bellísimos versos llenos de ternura!
Un beso, Basilisa
TIERNO... SENCILLO... ME ENCANTO QUERIDA POETISA
LINDO DÍA
ABRAZOS DTB
Viva la copla de mi charra favorita!!
Lindísimos versos que forman un conjunto de paraísos tiernos para esa Princesa!! Lydia...
una belleza.
Abrazos mi linda, besotes
Que bello poema amiga! Muy tierno te quedó! Un abrazo!
Que bellos versos amiga con dulzura en cada uno de los protagonista s.
besos.
Mucho gusto Lydia!
qué bonito poema me recrea, es bien naif me encanta, describiendo las bellezas de la naturaleza como entorno de los enamorados
un cordial saludo hasta la bella España desde Argentina, Bs.As.
Elida
Que bello, tierno y dulce poema que nos regalas querida Lydia, donde el amor se inicia con toda su pureza e inocencia, al haber niños que en sus inicios todo lo hacen con el candor de su edad. Mi saludo estimada Lydia.
Tus versos adornan el despertar de nuestros sueño al espigar el enamoramiento...
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