Cánten, amiguitos,
con sus voces claras,
en este bosque dulce
con sus rotas ramas.
Que sus gorjeos inúnden,
la paz de mis mañanas.
Que sus plumas, acarícien,
los restos de mi alma.
Si mis ruegos se silencian,
o mis sueños, fállan,
solamente ustedes,
sabrán lo que me pasa.
Hay un Cielo Infinito
en las nubes mas altas,
dónde el santo Francisco,
siempre nos aguarda.
La verdadera Luz,
la verdadera Calma,
la verdadera Hora,
allí, se hermánan.
Cánten, pajaritos,
desde cada ventana.
Que Dios, escucha atento,
sus melodías sántas.
- Autor: Luis Elissamburu ( Offline)
- Publicado: 15 de marzo de 2013 a las 13:50
- Comentario del autor sobre el poema: Un pequeño mensaje de alegría para nuestro hermano Papa, Francisco. Segúramente le va a gustar. Como todo lo simple, viene del corazón.
- Categoría: Religioso
- Lecturas: 39
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios2
Está muy bonito tu poema, contagia tu júbilo al escribirlo, saludos!
Grácias por juzgarlo con indulgencia. Una linda estrella no podría verlo de otra manera.
Bendiciones para ti.
Luis.
Nunca son triviales las palabras que brotan de la pluma del rapsoda que rima lo que el corazón te dice estimado amigo Luis
Saludos de amistad y afecto
Críspulo
Grácias por leer mis versos. No estoy muy seguro de estar rimando nada, pero hago lo mejor que puedo. Comparto lo que me pasa, si al final queda algo, vale la pena.
Un abrazo.
Luis.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.