Lamento decirte esto mi amor,
Pero mis pies no saben bailar;
Lo eh intentado a todo ritmo,
Pero ellos nomas no quieren cooperar.
Y yo que tanto muero por tomarte de la cintura,
Mis dedos acariciando el escote en tu espalda,
Mis pies flotando como lo hacen con cada mirada,
Y olvidarse de lo pasado, el presente o vida futura.
Perdón amor, pero no se bailar,
Aunque mi alma danza cada que te acercas a mi pupila,
Y mis pasiones se mesclan con la melodía de tu risa;
Hoy me apeno, pues no se danzar.
Pero descuida mi cielo,
Querida princesa de los castillos que escribo en papel,
Mi diosa cautiva en el miedo al trono perder,
¡Aquí te tengo un par de labios que danzan muy bien!
Ellos no empalidecen, no flaquean, no temen crecer,
Te los entrego, baila con ellos, pues te ambos te son fiel.
Danzaran sobre ti, de pies a cabello.
Perdóneme hermosa musa,
Pero solo mis manos danzan bien,
Entre tus manos y pantorrillas,
Entre tu cuello y cabellera.
Solo ellos se saben mover,
Pero mis pies, esos idiotas no lo saben hacer.
Disculpe mi raido calzado,
Y mis movimientos torpes cuando intento darle un tango.
Pero mi alma muere por la pista con su alma recorrer,
Y desnudarla con movimientos dóciles, desprenderla de su piel.
Y mis labios, manos y alma danzaran para usted,
De esperar se han cansado.
Deje el asiento, con esta disculpa,
Tome a estos humildes bailarines,
Y deles una noche entre melodías,
Entre esos ritmos que hacen su caminar y su risa,
Sus latidos y sus manías,
Todas esas dulces canciones,
Que tiñen los días con una fantástica armonía.
Perdóneme oh mi dulce ángel,
Pero mis pies izquierdos ambos son;
Pero mis manos le escribirán un millar de páginas en el cielo,
Y con ellas usted podrá moverse con su dulce paso de ensueño,
Tome lo que quiera como compañero,
Mis dedos, mi corazón vencido a usted,
Todo tómelo, todo le quiero ofrecer.
Perdóneme, amor, dispénseme otra vez,
Pero mis pies no la podrán complacer,
Solo una vida entera, todo lo que soy,
Solo todo eso le puedo ofrecer,
Todo, todo menos mis pies.
- Autor: Héctor Adolfo Campa (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 16 de marzo de 2013 a las 01:17
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 43
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
La pluma vierte su sangre sobre el blanco papel que alumbra la hermosura de tu versar preciado amigo Héctor Campa
Saludos de afecto y amistad sincera
Críspulo tu amigo
Muchas gracias mi querido Críspulo, mis humildes poesías siempre se alegran con su presencia, y se regocijan cuando su pupila las recorre con esa amistosa visita.
Un abrazo desde Tijuana, Mexico
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