Me parece que vienen,
de lejanas montañas.
Como brutales torrentes,
arrastrando las piedras
y puliendo mi alma.
Pero terminan extinguidas,
como hilos de plata.
Frescas, alegres,
sumamente puras
y por supuesto, escasas.
Es cierto que la sed,
totalmente apagan.
Si no llegan nunca al mar,
es porque se dejan enamorar
por la tierra sembrada.
- Autor: Luis Elissamburu ( Offline)
- Publicado: 17 de marzo de 2013 a las 03:42
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 482
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, Peregrina
Comentarios1
La maravilla de tus letras reparten su hermosura en los corazones amigos de la poesía espiritual preciado poeta y amigo Luis Elissamburu
Con mi sentimiento de amistad y afecto
Críspulo Cortés Cortés
El Hombre de la Rosa
No creo merecer tanto elogio. Lo cierto es que comparto con ustedes una parte de ese mundo espiritual que se nos va perdiendo. La importancia esta en que a otros los mueva de alguna manera.
Por eso agradezco tus comentarios sinceros.
Luis.
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