... Y vi al niño triste
postrado en el suelo.
¡Qué melancolía
había en su rostro
fino y angelical¡
Y me dije:
¿Qué lo turbará?
¿Acaso lo saben
el árbol o el mar?
Y oí una voz,
suave y musical:
-Vé, poeta, vé,
vé a preguntarle
al hermano árbol,
al hermano mar
que ellos lo dirán.
... Y he marchado al bosque,
primero a buscar,
al augusto árbol
sabio y vertical.
Le pregunté al hallarlo,
con voz singular:
¿Sabes tú por qué
está triste el niño?
Dijo el árbol:
-Yo bien que lo sé.
¿Lo ignoras acaso?
Vedle bien los ojos
y ellos te dirán
lo que me preguntas
con preocupación.
... Y he marchado al mar,
y ya junto a él, trémulo le dije:
-El niño está triste,
¡oh!, mar soberano
y no sé por qué.
¿Lo sabes, tú acaso?
Y respondió el mar:
-En verdad, os digo,
hermano poeta,
yo bien que lo sé.
Coged mil minúsculos
granitos de arena
y dadlos al niño.
Decidle: las envía el mar.
... Y he marchado junto
al niño otra vez.
Lo encontré en la plaza,
muy feliz jugando.
Y quedé perplejo
Y tan sólo pude
exclamar sonriendo:
¡No entiendo a los niños¡
- Autor: rodulfogonzalez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 17 de marzo de 2013 a las 10:36
- Categoría: Infantil
- Lecturas: 331
- Usuarios favoritos de este poema: Gama de Luz 89
Comentarios1
primera vez que tengo el gusto de leerte y me encanto tu poema, felicidades bendiciones
Gracias, Lizeth, por tu generoso comentario. He estado varias veces en Colombia, país que amo como al mío. Un abrazote desde la isla de Margarita, Venezuela.
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