omance payo

“ROMANCE PAYO”
*
Mi niña sal al balcón,
cuando esté, esta noche en lo alto,
el más brillante lucero,
cuando en el cielo su manto,
sea de estrellas y besos,
la señal, un relinchado,
en ese preciso instante,
sentirás el arrebato,
ese que presta el valor,
para poder dar el salto.
No temas nada mi vida,
que no has de caer en falso,
debajo esperando está,
preparado mi caballo,
oscuro como la noche,
negro zaino, rizado,
de grupa aterciopelada,
para tu cuerpo lozano
recibirlo en esa silla,
de cuero bien repujado.
Tus piernas habrán de darle,
los brillos pues más dorados,
que tenga montura alguna,
en su faldón remachado.
Al jaco le di el consejo,
de no llevar el herrado,
de ser el puro silencio,
y como el viento callado,
correr contigo al galope,
será ese Pegaso alado,
que trae luz a mis ojos,
para dejarla a mi lado.
La bestia a ti te traerá,
por un sendero apartado,
atajo que conociste,
y en el que fueron guardados,
los besos que tu me diste,
los besos que yo te ha dado.
No te asustes mi princesa,
si el caballo se ha parado,
en las curvas de la cuesta,
verás estribos colgados,
a la orilla de la senda,
de un olivo centenario,
atento está a tu llegada,
te acercará su enramado,
recoge las estriberas,
colócalas al caballo,
pues llevan dos cascabeles,
que harán de tu viaje un canto.
Resonará por los montes,
tu trote y tu galopado,
y anunciará tu llegada,
al que de tí enamorado,
espera en la noche fría,
bajo un olmo resguardado,
dejando en su viejo tronco,
dos corazones grabados,
cuando a lo lejos escuche,
al caballo remachado,
que hoy es eco del pregón,
de un amor cascabeleado.
Saldré al atajo ha esperarte,
como jamás he esperado,
en el helor de la noche,
con los ojos lagrimados
y el corazón ya rendido,
en tu camino empedrado.
En el he muerto mi niña,
en el centro arrodillado,
en el he muerto mi vida,
de frío y enamorado.
*
Carles C. 18/III/2013