--PARA QUIEN EXTRAÑO--

Bukowski Benedetti

Te extraño. Ya debes saberlo. No es una extrañeza reciente o ligera. Son algunos años de ausencia, de vacíos constantes. Olores de viejas tierras y pasos que se alejan. Lunas invernales sin lobos que aúllen. Te extraño. Casi como a todas las cosas no sé de ti. Como la mirada de ayer o el abrazo que ya diste. Te extraño con una sutil ligereza. Te extraño en mis constantes infiernos, en las horas de polillas en el techo. Ya sabes, soy una de esas especies extintas que desean perderse un poco más. Algunas noches intento reconciliarme contigo, entonces tiro de la cadena y mis demonios se llevan un poco de infierno. No son tan malos cuando empiezas a conocerlos. Todos llevamos algo de infierno sobre nuestras cabezas, sólo que unos sobreviven con ello a diario. Otros sólo se tiran por la borda, con esperanzas de sueños que se quedan en la antigüedad. Si te lo piensas bien, existe algo de bello en esos infiernos que destrozan la vida. Son producto de caos, pero nos llevan a pensar. Unos preferimos beber, pero otros son más sabios y jalan del gatillo. No pienses que deseo el fin, en realidad es lo contrario, siempre espero un poco más. Necesito contribuir con la destrucción del mundo. Hay que poner un grano de arena, dicen algunos. La vida, nuestras vidas son ello y más, millones de granos de arena que intentan salvarse. Pero seguimos tirando la cadena, yéndonos al vacío. Nos colgamos sobre la soga y pretendemos decir que seguimos vivos, que vale la pena que el mundo nos brinde refugio. Somos la especie, la raza pensante lejos del animal. Por ello escupimos al otro o pasamos de largo. No somos tan especiales, bueno tú si lo eres, porque en esta parte del universo alguien te extraña. Y eso ya es algo, a veces hay peores que nosotros. Sujetos que nadie olvida, que nadie recuerda, que todos conocen, pero que nadie quisiera ser. Somos así, una paradoja de abrazos y mentiras. Una hipocresía entre lo que llamamos Dios y Diablo. Yo prefiero quedarme con mis dioses, algunas veces, sólo algunas veces, tengo que adorarlos. La mayor parte del tiempo, los olvido y no parece importarles, en retribución ellos me olvidan. No pienses que todo esto es algo tonto, son sólo palabras que intentan salvarme. Así que déjame retornar a la guarida, que tal vez ahí seguiré…

extrañándote.

  • Autor: Nájera. (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 18 de marzo de 2013 a las 14:45
  • Categoría: Amor
  • Lecturas: 92
  • Usuarios favoritos de este poema: Winda
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