TUS PALABRAS

ronald tadeo ramirez elizalde

TUS PALABRAS

 

Puedo estar triste o estar alegre, pero en un instante tu lo cambias todo, tienes el encanto y el poder de controlar mi vida con una sola palabra salida de tus labios, si esa palabra es hermosa para mis oídos, seduce mis sentidos y envuelve mi alma en un aura de paz, pero si esa palabra es agria, mi corazón siente partirse y llega a mi alma una cruel melancolía, si es una palabra de amor me elevas al cielo y siento estar viviendo entre ángeles y querubines, si es una palabra de retintín me elevas al infierno y siento estar con vida en medio de un calvario suplicando un poquito de piedad.

Tus palabras tienen un encanto y el modo como las conjugas depende mi estado de ánimo, a veces prefiero que te quedes callada que te vez más atractiva y enamorada, en ti existe esa belleza que transforma corazones y miradas, pero por favor mujer linda, si vas a decir algo que sea esa bella palabra que transforma mi vivir, esa palabra tan bella que de ti anhelo escuchar en todo momento, “TE AMO”. ¡Conjúgamela por favor! no me cansare de escucharla y que al salir de tus labios se hace más bella.

Tus palabras cambian mi vida y cuando mueves tu boquita para hablar estoy pendiente de ella, si es una palabra de amor todo se vuelve hermoso, todo se vuelve claro, tus palabras de amor hacen que la vida se vea diferente e incluso lo más extraño parece normal, pero si es una palabra de enojo lo más bello se vuelve un infierno y envuelve mi alma un mundo de oscuridad haciéndome sentir tímido e indefenso ante tus labios. Tus palabras cambian mis estados de animo.

Tus palabras son el camino al cielo o al infierno de mi día, a veces prefiero en las mañanas que te quedaras callada para que mi día sea normal y no un sufrimiento de verme recordando lo que en la mañana me dijiste. Amor, si no te sientes con buen ánimo, no hables por favor, que cuando estas de mal humor tus palabras me destruyen, si no te sientes en condiciones de decirme algo bonito quédate así calladita que te ves hermosa y me enamoro mas de esa mirada tuya que parece que suplicara un ruego. Amor, sé que no es tu culpa de tu carácter pero por favor quédate callada cuando no me quieras hablar que yo tampoco diré nada.

 

Autor: Ronald Tadeo Ramirez.

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