El cadáver bajara por el grifo,
su cuna de oro y regalito de plata
es donde se recuesta a reír…
Vuelve, se va, se pierde
así misma como lagrimas
de la costumbre, de la semilla
atrapada en la suela de Dios.
Bajo las caricias de la nieve
… Nieve gigante, gigantesca nieve,
desearía congelarla, mandarla
al sol y que llueva
las desnutridas constelaciones,
que llueva por suerte un poco más,
remojar con la sangre del hielo
los suelos ya no fértiles
y los suspiros deshidratados
por el Sol terrenal…
Aunque sea ver un diluvio
y no cadáveres escarbando la tierra,
ni la tierra escarbándose a si misma.
- Autor: srakkin ( Offline)
- Publicado: 22 de marzo de 2013 a las 11:54
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 78
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Una preciada y hermosa esposición sobre la filosofia natural de tu genial versar amigo Srakkin
Saludos de afecto y amistad
Críspulo
Muchas gracias.
Saludo Chileno para usted.
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