El parpadeo lento de tus ojos detiene mi suspirar y paralizan mi alma a segundos,
me detengo a mirar el recorrido de tus pupilas por universos llenos de estrellas vírgenes,
pobladas de dioses no bautizados o implorados.
Me duele el espíritu al intentar descifrar tus dudas, renaceres y apariciones.
Me escondo lentamente detrás de la sombra de tus pestañas,
no quiero interrumpir tu viaje
de sibila adivinando destinos y dudas,
me enloquece tu tranquilidad y dulzura de flor entera,
pantera llena de luna y plata.
Pido al cielo el olor del rocío cubriendo el prado, el aroma del cometa que cruza mi espacio.
Te baño imaginaria en mi río de néctar y piedras topacio, esmeralda y
resina dorada.
Te vivo en una boda de formas vivas y
sagitarios incrustados de cuarzo azul fundido en tonalidades y una matriz poblada de cubos de pirita ofendida.
No quiero que despiertas,
ni termines de abrir tus pupilas,
detente un instante largo,
tu medio rostro incógnito lo grabo para las mañanas y las noches de tormentas sin bohemia.
Por Walter Trujillo, Marzo 2013
- Autor: Daquilema (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 22 de marzo de 2013 a las 19:56
- Comentario del autor sobre el poema: Dedicado a una mujer que clavo sus ojos en el muro de mi alma y los pasillos de mi corazón acelerado!
- Categoría: Amor
- Lecturas: 103
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