La soledad,
nos reúne, extrañamente.
Sómos viejos trastos,
olvidados en el desván
de una casa, sin gente.
Vinimos del pasado,
en condiciones de uso.
Nos envolvieron con esmero,
y alguna piadosa mano,
en un rincón, nos puso.
Perdimos la noción
del tiempo y del espacio.
A veces, nos espía,
la adorable anciana,
ayer niña, de cabellos lacios.
Quedamos casi amigos,
en nuestro triste remanso.
Nos cubre, el mismo polvo,
que según la Biblia,
es nuestro orígen y nuestro descanso.
- Autor: Luis Elissamburu ( Offline)
- Publicado: 29 de marzo de 2013 a las 23:21
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 37
- Usuarios favoritos de este poema: Mujer Nagual
Comentarios2
Muy bueno, me gustó mucho tu escrito.
Es inspirador.
Gracias por compartirlo.
SASHAB
Grácias a ti por leerme. Si te inspira, doblemente grácias.
Lindas tus letras, son tiernas y llevan mucha sensibilidad.
Me agradó.
Un saludo amistoso de
Peregrina
Apenas si son una imagen de los años de la infancia. Siempre quise saber que se sentía ser algo viejo, hasta que cumplí 50 y me enteré.
No es tan malo.
Saludos para ti.
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