Jesús, ¿Por qué? Cargaste la cruz por nosotros pecadores,
Si esta ingrata humanidad no se apiada de tus dolores;
Tu padre te hizo al mundo como ejemplo de humildad,
Y fueron crueles contigo todos llenos de maldad.
Hasta Pedro te negó antes del gallo cantar;
Y Judas el vil traidor, por unas treinta monedas;
Te vendió a tus espaldas dando un beso en tu mejilla,
Pero se ahorcó de un árbol como pago a su malicia.
Santo fuiste, Santo eres, hijo del Dios del Cielo,
Y en tus hombros apoyaste aquel pesado madero;
Cayéndote de rodillas y tu cabeza sangrante,
Por la corona de espinas que te hicieron los cobardes.
Bebiste vinagre con hiel cuando de sed te quejaste,
Y en tu costado hundieron una lanza afilada;
Y Tú pudiendo salvarte, por tu vida, no hiciste nada,
Derramando tanta sangre por tanta gente malvada.
Así entregaste tu vida por dirimir los pecados,
De aquellos que te juzgaron y te seguimos juzgando;
Porque somos pecadores tal como los del pasado,
Que aún conociéndote tanto, contigo somos ingratos.
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José Miguel (chemiguel) Pérez Amézquita
- Autor: José Miguel Pérez Amézquita (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 30 de marzo de 2013 a las 10:19
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 75
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