¿De veras?

 ¿Amamos de veras?

Tal vez nos sienta bien creer que lo hacemos.

Existe la duda cuando esta cuestión yo acometo.

Puede ser quizás que quedo; sosteniendo el ansia, dispuesto, pero no al punto de converso. En el camino, pero sujetándolo tan sólo como a un inmenso anhelo, siendo una cometa que baila alzada, arremolinado su hilo en mis manos, pero a merced de los vientos.

Tanto oímos al respecto de su inmensidad, de su grandilocuencia, que nos apetecería, en alguna ocasión, degustar por entero el qué de su significado; amar y ser amados,(ser agua de su fuentes).

Precisamos creer que amamos,(parece que esta esencia se mece dentro de un convenio que perdura eterno: aliento del universo, efluvio mágico). Pero los resultados y la situación global de este planeta, claramente nos demuestra que, lo único verdaderamente constatable es, que tenemos una enorme adicción por saciar satisfaciendo con el máximo de placeres a nuestro propio ser, (le llegase a pesar a quien le pese).

Predomina un eje rígido a la hora de mover las aspas de nuestro ventilador, ventilador cual nos abastece de un aire que supedita los respiros; cualquier interpretación.

(Valga ir a oxigenarse por mil y un lugares distintos. Para así sobrevivir al ahogo que provoca el prisma egocéntrico; la visión infranqueable, la comprensión limitada).

Como hombres, inconscientemente convenimos en tapar los huecos, en cubrir los llamamientos, de tanto los vanos caprichos, como de las inevitables necesidades.

Cabría preguntarnos, si escogemos acomodar nuestro hacer dentro del verbo "AMAR", al estar bastante bien visto por un resto mayoritario, cuando la realidad de infinidad de vidas pasa, sin saber jamás que se siente al barajar los prodigios del amor.

318-omu G.S. (Bcn-2013)