TENGO ALGO QUE CONTARTE

"Cuando hay otro me provoca/ de tantos celos arder en llamas,/ yo buscándote la boca,/ tú confesando que lo amas".

Ayer no pude evitar probar sus besos,
fue como morder unos frutos de ésos
que sabes que si los muerdes pecarás.
Hice los esfuerzos posibles para no caer,
pero en ocasiones mucho deseas hacer
y resulta que ya no puedes hacer más.

Me perdí en esos besos y en esos brazos,
no sé si el mío será alguno de esos casos
en los que te pierdes y no hallas la salida.
No te puedo negar ahora que se le notaba
que ponía tanta pasión cuando me besaba,
que ya parecía en cada beso írsele la vida.

Lo siento, estas cosas pasan, no se deciden,
no podemos pedir a los labios que olviden
el deseo que por otros labios llega a nacer.
Ahora tal vez venga alguna consecuencia,
pero al besarla pude comprender la esencia
de algo que simplemente tenía que suceder.

La besé, es verdad y te pido perdón por eso
y hay en mi boca el dulce sabor de un beso
que me supo, lo admito, a cosas prohibidas.
Sabes que cuando situaciones así nos tocan,
las cosas que con mucha fuerza nos provocan
son justamente aquellas que no son permitidas.

Así es la vida y no te lo digo por justificarme,
pero tampoco es tan justo ahora condenarme
porque humano soy y mis debilidades existen.
Cuando hay una cercanía así, ya sin moderar,
todas las ganas de dar un abrazo o las de besar
de deseos irresistibles de repente se visten.

Y simplemente no puedes evitar lo inevitable,
no sé si sirva de mucho que me sienta culpable
porque para eso, deberías verme arrepentido.
Pero admito porque negarlo sería un engaño,
que existen unos brazos ahora que extraño...
y unos besos que no olvido.