“Iceberg”
Tiempo dado al tiempo,
deserción de horas, siglos,
y pequeños momentos.
Señuelo en vuelo,
que nada recuerda,
ni siquiera aquel cl-amor.
Tiempo regalado
al tiempo exacto.
Escamoteando,
rendido, acuchillando
un vaho luminiscente;
humor candente.
Demente por soñar.
Eternamente, un quizás,
este Albaicín a-negado,
y aquella gota ambarina
que rebosó cada sepelio,
cada silencio.
Tiempo, y más tiempo,
demasiado.
El momento del adiós,
un instante de recuento…
noche como boca
de lobo, como pegajosa
piel de enroque.
Noche de hielo, cielo
flotante.
Hay tanta lágrima
bajo este mar...
'Azerín'
- Autor: azerin ( Offline)
- Publicado: 1 de abril de 2013 a las 09:12
- Categoría: Amor
- Lecturas: 99
- Usuarios favoritos de este poema: ADOLFO CESAR MARCELLO, gisell_v, Sara (Bar literario)
Comentarios4
Tienes una gran sensibilidad, querido amigo. Un abrazo.
Gracias, creo que solo es una cuestión de sinceridad, ser sincero en primer lugar con uno mismo. Quizá sea doloroso, tal vez nos de miedo, pero la realidad personal se dibuja desde la propia e ineludible sinceridad. Un abrazo, poeta.
¡¡¡BIENVENIDO!!!
Bellos versos, todos, pero resalto estos:
"Tiempo, y más tiempo,
demasiado.
El momento del adiós,
un instante de recuento…
noche como boca
de lobo, como pegajosa
piel de enroque.
Noche de hielo, cielo
flotante.
Hay tanta lágrima
bajo este mar..."
Abrazo
¡¡Bienhallada!! Gisella... hay noches que hielan el aliento, noches que dan dentelladas en el corazón y dejan flotando entre el insomnio de la madrugada, una lágrima, solo una entre tantas y tantas casi olvidadas, que nos recuerda que una vez amamos y perdimos, pero al fin y al cabo, ¡¡amamos!!
Gracias por tu cálido recibimiento, un fuerte abrazo.
y la punta del iceberg es apenas una semilla invertida
qué hay debajo del mar???
muy bello su poema
saludos y bienvenido
n_n
Hola Sara, ¿Qué hay bajo ese mar?... no lo sé, me gustaría que hubiesen muchas mañanas por estrenar en compañía de la persona amada, me gustaría que amaneciese de una vez, bajo, entre y sobre la suave brisa de un océano ignoto pero harto deseado, me gustarían mil gaviotas volado libres y sin miedo, gaviotas milenarias avezadas y decididas a no dejarse vencer por una simple tormenta en el estío... pero en realidad no sé qué me aguarda bajo el mar... y eso es lo maravilloso de todo esto.
Mil gracias por tu comentario, ojala germine la semilla de nuestra amistad. Un abrazo.
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