Utopía

 Es Jueves Santo
y el suave roce del aire
que trae una mañana lluviosa
en un lugar donde los rayos del sol
suelen atravesar los cuerpos
cuales cristales translúcidos
da vida a la esperanza
de que por fin
en algún amanecer podré despertar
compartiendo contigo
este oxígeno que resulta ser demasiado para mí.

Tal vez
es tan solo la simple impresión
de un iluso patológico
que ha diseñado finales felices
sin siquiera tener una historia.

Como sé que no soy más que un iluso
estos sueños los vivo
como los capítulos reales
de la historia que aún no se ha escrito;
aún sabiendo que mi realidad vuelve cada mañana
cuando despierto y recuerdo
que tengo que consumir atado a la soledad
todo el aire del que solo me pertenece la mitad.

Mi esperanza se abraza
a la posibilidad de algún día ver
que el sol resplandece en las noches;
que la luna es quien deshace la oscuridad en el día;
que cambiemos de hábitat y nos vayamos a Marte;
que caminemos en el cielo, mirando hacia la tierra;
y que en cada patio tengamos un Edén con Adanes y Evas.

A la espera sigo
de poder convertir lo que sueño en realidad
y llevar mi realidad a lo que sueño
para moldearla a mi antojo
y lograr que el azar me elija como favorito
y me deje jugar con cartas marcadas.

Mientras tanto
disfruto los baches de mi ineludible realidad.

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