Lejos tuviste que estarpara dejarte traicionaresperaste el kilometro precisode mi caída, para acertar el arma de tu letalidad.
Dejaste que pasara la calmapara soplar sobre la martus vientos de venganza.
Afilaste tus estacascon las promesasque rompiste lujuriosa,desesperada por olvidarla misma calle, la misma cuadra.
Como quién mató a su madredesconociste a tu tierra y su gentepudriste sus frutos, la quemaste a insultos.
Y hablo por mi ser que deseo,asesinarte en las últimas palabrascomo se rompio el anillo al dedose rompio mi cuello entre tus ramas.
Dejaste que pasara la calmapara soplar sobre la martus vientos de venganza.
Afilaste tus estacascon las promesasque rompiste lujuriosa,desesperada por olvidarla misma calle, la misma cuadra.
Como quién mató a su madredesconociste a tu tierra y su gentepudriste sus frutos, la quemaste a insultos.
Y hablo por mi ser que deseo,asesinarte en las últimas palabrascomo se rompio el anillo al dedose rompio mi cuello entre tus ramas.
- Autor: Oscar Fuentes F. ( Offline)
- Publicado: 4 de abril de 2013 a las 01:45
- Comentario del autor sobre el poema: Breve consigna de tormento que el remplazo dejo en mí, simple la noto como lo es abandonar, pero así de trabajada como lo es recuperarse de la misma herida que puede dejar un arma punzante en tu pecho.... Aunque quizás saltar de una vez y no mirar te acortara mas la caída hasta que llegues al suelo para luego descubrir que ahí abajo están "Esas Personas" Que te sostendrán y te acompañaran a salir caminando nuevamente del aterrizaje que te dio el amor.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 100
- Usuarios favoritos de este poema: Ella es azul
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