...Y deseé refugiarme entre tus pasos
pero levitaste los caminos.
Entonces,
busqué la sombra en la higuera
que se alimentaba de sol
y de eternidad sin ti.
Regué tu traspatio con la llovizna de mis ojos
mientras la soledad era tanto testigo
y mi sombra la pizarra
con los rumores encarnecidos.
No fue posible correr
ni dar vuelta a la esquina,
era tan insólito el gris de tu calle
que mi corazón se hizo polvo voluntario al viento...
Supe sin duda,
que nuestra hora de partir había llegado.
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Autor:
Marii Caldera (Seudónimo) ( Offline)
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Publicado:
4 de abril de 2013 a las 13:43
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas:
83
- Usuarios favoritos de este poema: amapolanegra, marcaribe_10
Comentarios3
Cuanto me alegro, has vuelto!!
Y con un poema que me encanta
Abrazos y besos
Hola Amapola!!, si por aqui, siempre regresando al redil.
muchas gracias por leer y decir que te gusto. un abrazo gigante.
No fue posible correr
ni dar vuelta a la esquina,
era tan insólito el gris de tu calle
que mi corazón se hizo polvo voluntario al viento...
Gracias por tu comentario Tyr. un abrazo
felicidades muy bien logrado tu poema, esta muy bonito
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