Amanecí con la boca roja
de tanto besarte en sueños
donde tu amor era el dueño
y yo la caricia que moja,
donde las almas se tocan
en lo oscuro de la inconciencia
y seducidas por la experiencia
a ese consuelo se arrojan.
Amanecí en el cálido abrazo
de tu cuerpo invisible
y en mi respirar apacible
quise otro ocaso
para encontrarte de nuevo,
para beberte despacio
y derretir los topacios
con besos de fuego.
- Autor: Alma de fuego ( Offline)
- Publicado: 5 de abril de 2013 a las 00:15
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 285
- Usuarios favoritos de este poema: mariarl, Winda, El Hombre de la Rosa, Maria Isabel Velasquez, dulceluz
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