Lágrima... de ida y vuelta

cami-de-sirga

(en homenaje a quienes emigraron a Argentina)

Recuerdo mi mano asida a la de mi bisabuela,

Pura imaginación,

Fuerte, temblorosa de anguastia,

Allá en el puerto,

Viendo partir el vapor Reina Victoria Eugenia

Que , lento, perezoso,

Ansiaba presto volar con las alas del viento.

Parecía no acabar de salir de puerto

Pero a mi me parecía sólo un momento,

Un malsueño, agridulce, amargo,

En él partía, un trozo de nuestro corazón,

Grande, muy grande,

En él partía, padre.

Nuestras manos unidas de antaño

Parecían separarse de poco a poco,

Como, poco a poco, navegaba el barco.

Días iba a durar su travesía

En busca de su tierra prometida,

Que tenía que ser la nuestra,

También la mía.

Nombre le puso a esa tierra,

Argentina,

Y marcó como destino, su capital, Buenos Aires,

Tierra con el tiempo amada y querida

Aunque te llamaran el gallego, primero,

Para pasar después a ser el catalán.

Mientras mis ojos escrutaban cada dia el horizonte,

Desde esa ventana empañada tantas veces

Por la niebla y las lágrimas de la lluvia,

Rezaba cada día que al menos una carta suya me llegara

Aunque fuera tarde en el tiempo

Para poder curar mi desconsuelo.

¿Dónde parabas, padre,

Que tan lejano te sentía y tan cercana me querías?

Llegó un día a casa el vocero del pueblo,

Iba a atracar en el puerto el Buenos Aires,

Yo creía que era mi padre el que en él venía,

Ese era el nombre que de su tierra tenía…

Cuál fue mi decepción,

Al vapor con el que un día partió

Le había cambiado el nombre

De Reina pasó a Buenos Aires,

No era esa tierra la que había cruzado el océano

Sino sólo un barco que me trajo mayor soledad

Junto a la de mi madre,

Porque en él no venía,

Padre.

Muchos años después,

Y ahora no es ficción,

Sino realidad tal como acaeció,

Volvió Don Pedro, el que luego sería mi abuelo,

Con un trocito de Argentina, Doña Justa,

La que iba a ser mi abuelita, como siempre la llamé,

Con quien tuvo dos hembras y dos varones,

El tercero de ellos, eso sí,

Mi padre.

Cuando la guerra fratricida asoló España

A lo largo de tres largos años,

Y las bombas de Hitler y Mussolini asolaban mi pueblo,

Una casa parecía a salvo de tanta destrucción

Aquella en la que ondeaba la bandera argentina,

La casa de mis abuelos,

La casa de mi padre.

No llegué, en verdad, a conocer a mi abuelo,

Pero sí, al salir de la escuela,

Jugaba con mi abuelita en su casa, cada día,

Agradecido siempre de que un catalán y una argentina

Engendraran al que fuera mi padre.

Le debo a esa tierra una parte de mi vida,

De ahí, mi respeto y cariño

Por esa linda y majestuosa tierra prometida

Argentina.

  • Autor: camí de sirga (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 7 de abril de 2013 a las 11:20
  • Comentario del autor sobre el poema: Este poema mezcla ficción y realidad. No sé por qué a estas alturas de mi vida me ha venido por escribir un homenaje a Argentina y sus gentes, quizá porque las noticias de estos días, los desastres naturales, el desavastecimiento energético, el eterno corralito... No sé, que haya gente que lo pase mal cuando mis abuelos encontraron allí su vida. Como por ellos, por todos los emigrantes que pusieron allí sus raices
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 83
  • Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, ADOLFO CESAR MARCELLO, micaela fernandez, Yadira Murta, Elida Isabel Gimenez Toscanini
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Comentarios5

  • El Hombre de la Rosa

    Un bello poema de recuerdo atantos compatriotas españoles que fueron acogidos en America amigo Cami de Sirga
    Saludos y amistad

    • cami-de-sirga

      Gracias, compañero, fue realidad
      Un abrazo

    • Peregrina

      La nostalgia de los recuerdos aflora siempre en algún momento de nuestras vidas, no sabemos cuándo. Y la sangre llama.

      Lindas palabras.
      Saludos amistosos de
      Peregrina.

      • cami-de-sirga

        Gracias, Peregrina.
        Cierto, la tierra llama y la sangre, en cada pálpito del corazón,
        me recuerda que debo estar agradecido
        Besos mediterráneos

      • micaela fernandez

        Hola amigo,
        muy bello tu relato...me a provocado una emociòn muy grande que nombraras a Argentina y a su bandera.
        Soy Argentina, nacì en Còrdoba Capital, amo mi pais, adoro mi bandera....y aunque no la estamos pasando muy bien, al que trabaja no le va tan mal.
        mi pais tiene lugares tan maravillosos....bueno....ya me agarro la nostalgia.

        Cariños amigo. Mica

        • cami-de-sirga

          Gracias, Mica
          "Vós tenés" parte de culpa en que se rememoraran en mí sentimientos que parecía tener dormidos. Ya ves, la distancia separa, la sangre y la tierra nos une.
          besos
          Y siéntete orgullosa de tu tierra que es de quienes la trabajan y no de los que la gobiernan

          • micaela fernandez

            Gracias!
            Tienes que venir a conocer Argentina!

            Cariños!

            • cami-de-sirga

              Me gustaría, a ver si aún queda alguien de mi familia...

            • Yadira Murta

              Lágrimas de ida y vuelta, nostalgias de historias muy familiares por estos lados. Mis abuelos y mi padre muy pequeño se subieron también a un barco un día en España y cargaron todas sus ilusiones para venir a plantarlas aquí.
              Lindo leer tus versos y tu reflexión.
              Un abrazo 🙂

            • Elida Isabel Gimenez Toscanini

              Qué linda la historia que has narrado Pere, me recuerda un poco la búsqueda de mi abuelo Francisco, que vino desde España, de Aragón creo que el barco se llamaba así, mi abuela Isidra, ya no recuerdo bien y mis padres no están ni mi tía Antonia que era la hermana mayor, para refrescarme la memoria, mi abuela materna venía de Italia, Calabria y mi abuelo Antonio era hijo de genoveses, son historias de desarraigo constante, mi país es demasiado generoso y sus hijos bastante desagradecidos, por lo menos algunos cuantos que lo único que hacen es sembrar odio y violencia, no aprendieron a vivir en paz- y también hay muchos otros, cuya codicia no tiene límites, pero eso es un mal de toda la tierra. Aquí no tenemos ningún corralito, eso es un mal recuerdo de una época funesta, se han puesto límites para evitar abusos, y un consecuente perjuicio a la economía, por cierto los que más viajan sonlos que mas se quejan- están hartos de bienestar y les gusta vivir en el caos y disfrutan del dolor ajeno por eso siembran cizaña - vienen aquí de todas partes del mundo buscando trabajo aún, educación gratuita y salud ya que carecen de ellos en sus países- no te guíes por la mala prensa que también les gusta difundir noticias caóticas, sí las inundaciones son consecuencia de obras que debieron hacerse hace mucho tiempo y aún no se han hecho y han ocasionado desgracia- pero la mayoría dle pueblo argentino quiere vivir en paz y saldremos adelante, somos un pueblo joven y por suerte somos muchos los que anhelamos un país y un mundo donde reine la justicia- Me ha gustado compartir estos sentimientos contigo, y rememorar con tus palabras una historia que forma parte de mi vida también.
              cariños y bendiciones
              Elida



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