Ya no te veo en los ojos de la noche
ni la luna me habla
de tu cara.
Ni el ruiseñor que se posa en la ventana
te pronuncia cuando canta.
Sólo yo aún te retengo,
sólo yo, y el corazón que llama
tu nombre por las noches,
tu nombre por las mañanas.
Acaso es una prueba,
absurdo juego del destino?
cuánto duran las palabras?
los amores prometidos?
Acaso quieres demostrar
que yo no te quería tanto?
que era una tierna ilusión?
que era de juguete el llanto?
Y tal vez acaso
tuvieras razón,
o tal vez erraras
y fuera que no.
Sólo que aún te retengo
aunque quieras fugarte
de mi corazón.
Y no consigo soltarte
aunque quiero dejarte
(por siempre)
en mi cárcel de amor.
Pero no soy de hierro
(ese que nunca se dobla,
ese que nunca se quiebra),
soy de agua blanca
(esa que se evapora,
que sigue en corriente eterna).
No, yo no soy de hierro
(ese que en el fuego
se deshace de ganas),
soy de agua blanca
(que nada la detiene,
que a las formas se adapta).
No soy de hierro,
soy de agua blanca,
que pulula entre los arroyos
pero a tu vera descansa.
No soy de hierro,
sí de agua blanca,
que se golpea y se hace añicos
contra las rocas de la playa.
Aún todavía quieres
seguir jugando a las escondidas?
no bastan los versos tristes?
no alcanza mi media vida?
Que como el agua me marcho
blanca,
porque me dueles,
porque me estancas.
Que como el agua
blanca me enredo
en remolinos,
los de tu pelo.
Vamos al grano,
no soy de hierro!
te extraño tanto,
estoy que muero,
sé como el agua
que en lluvia vuelve,
entero y fuerte,
sé como el hierro!
- Autor: Alma de fuego ( Offline)
- Publicado: 7 de abril de 2013 a las 14:45
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 204
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