Conocernos demasiado nos hará aun mas daño.
Omitamos la parte en que me cuentas de tu vida,
mientras me abstengo de fijarme en tus detalles,
pues te advierto, niño, que puedo enamorarme.
No me digas de tus gustos por la música;
yo prometo no escribirte ni un poema,
pero tu voz y tu sonrisa me estimula la lirica
de una canción que podría ser mi obra maestra.
Si te hablo de mis locuras,
no prestes atención;
si me relatas de tus aventuras
prometo reservarme la opinión.
Hagamos hoy, nuestras reglas o este pacto:
"Si hacemos mal, acordemos de previo, hacerlo bien.".
No me sonrías, ni me alagues en ese rato
en que charlamos, pues para mi tu voz, es como la miel.
Yo te prometo, caballero, si mis adentros imploran
de ti un abrazo o un beso eterno y prohibido,
tragarme estas ganas salvajes que me afloran;
Finge tu que no te importa o compórtate inhibido.
Fingiré pues, indiferencia a tu galanura
Pero tienes que prometer abstenerte de ternura
Más nos vale no conocernos demasiado,
Quizá, alguien cuenta ya se ha dado.
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