Elegía a mi padre, Jose Santiago

Jose Luis Santiago

Elegía a mi padre

José Santiago

que en un Abril de Primavera

partió como un milagro

 

Que menos Santiago

que bordar esta melodía

con el alma del tango

Gardel, del que me decías

que aún no lo han alcanzado

y que razón tenías

porque el camino en el fango

al cedazo de las fotografías

con el corazón lo he cribado

y por fin he saboreado

el tango con la energía

que me enseñaste tu ha cantarlo

y se derrama en esta elegía

sintiéndote yo a mi lado

como se siente la alegría

 

La gran mayoría no lo tragaban

y más de uno le tenían manía

cuando la verdad la soltaba

pues si no decían que bebía

decían que Santiago desvariaba

ya que el hombre no se vendía

por nada

y a mí siempre me inculcaba

hijo, ten la conciencia tranquila

hijo, ten formas y maneras educadas

hijo, se recto y ten valentía

a lo hecho, pecho

y cumple para exigir derecho

que hay que estar a las duras y a las maduras

y cuando estés con las criaturas

veras la hipocresía de la gente

esto me inculcaba atentamente.

 

De vez en cuando la tajada

la pillaba, ante tanta hipocresía

intento la bebida dejarla

pero cuando lo encendían

bebida, tango, flamenco y palmas

junto a mí en compañía

o los suyos, sus comparsas

la gente noble y sencilla

 

¡Que cruz tan puta fue su vida ¡

hasta que le llegó el momento

de la tan ansiada despedida

que le llego con mil heridas

y no poco tormentos

pues no era su cuerpo

el que sufría

era que ardía dentro

su humanidad, su lucidez y simpatía.

 

Así se fue debilitando

como se debilita una pila

e ingreso en un hospitalario

centro

donde la tecnología

se ha hecho becerro

de oro y de ideologías

con un no sé y yo soy medico

con mil sondas y ortopédicos

instrumentos de la ingeniería

que obsesionados con el cuerpo

no entienden nada de la vida

y de su poderoso cetro,

el señor lleno de hegemonía

y vacío de míseros inventos

que imitan la natural armonía

esa donde buscan los necios

y recurren cuando necesitan pastillas

o vacunas, o drogas, para hacer dinero

motivados por la avaricia.

 

En fin

qué mundo tan carnal y tan abstracto

qué humanos tan voraces y patéticos,

con el en vida, muy pocos tratos

con el bebido, la mayoría huidos

con el muerto, miles de lamentos

¡ay almas de lagarto!

¡ay cabezas con cuernos ¡

y hay de los que estáis hartos

de tragar y vivir del cuento

del cuento que os conviene a ratos

 

que ya se sabe

que de nada vale

la cebada al rabo

después del burro muerto,

que si no fingidos llantos

llantos rotos y violentos

y si no misas y al pecho la mano

soltando sandeces y aspavientos

 

y todo por no sentir tu canto

y por no comprender a tiempo

eso que tú llevabas dentro

el arco de sagitario

la constelación del fuego

que ahora brilla en el espacio.

 

En fin

yo comparado con el

soy un mísero insecto

¡Ay de mi ¡

que yo creía ver

y el bueno de José

me ha abierto el cielo.

 

Tu bien me hiciste

tanto sereno como borracho

y sé muy bien que tú estabas cuerdo

cuando te tildaban de mamarracho

y fue porque siempre fuiste

un sincero y noble muchacho

que es así como yo te llevo

junto a la Laisy y el Raspu

esos, tus compañeros

esos dos ambles gatos

con los que te recuerdo

comiendo del mismo plato

mientras Vicenta

mi madre y tu esposa atenta

os mira con el encanto

de una cenicienta

que ingenua

se conforma en el fango

tanto triste como contenta

y tanto alegre como con enfado

 

sin más te despediste

sin más y perdonando

y una vez que ya partiste

dejaste en el cadáver blanco

esa, tu sonrisa indestructible

tu sonrisa de enamorado

esa por donde pasan los cisnes

la paz de tu profundo lago.

 

Drogado, abierto y medio en coma

yo te acariciaba, frente, mano y pelo

y tú con tanto tubo de goma

movías los labios con celo

y atento a tus queridas personas.

 

¡Ay Señor!, mira que están ciegos

que no se está enterando

me decían fríos y estéticos

estos que dicen ser ilustrados

y para colmo se llaman médicos.

 

Y yo en medio de estos alborotos

de llamadas y diagnósticos de infarto

como Claudio me hice el tonto

ese que fue emperador romano

y te hile unos cortos

versos para tu tocado

con el corazón roto

y a tus pies postrado

 

y te los dije

cuando te ibas apagando

con ellos tú te fuiste

y yo con ellos acabando

solo puedo decirte

que yo ya no estoy triste

yo estoy de amor temblando

y contigo me siento libre

tan libre como los pájaros

esos de alas invisibles

 

he aquí lo que recibiste

tú, José Santiago

tú, borracho y príncipe

tú, mi padre amado:

 

“José, anda

que vino una paloma

con una flauta y una lira

y deshizo el punto y coma

y desde el corazón te mira

 

¡anda mi vida ¡

porque no te asomas

que ya te cerró la herida

que había en tu persona

 

¡anda mi alma ¡

que se ha nublado el cielo

y esta soltando aguas

como matas de cabellos

 

¡anda lucero ¡

que ya vienen los ángeles

con un traje nuevo

que es tu equipaje

 

se abrió el espacio

sobre el infinito

¡anda mi niño ¡

y sal ya de tu palacio

tu corazón exquisito

 

                 José Luis

                 tu bonito

 

      Om, tat, sat

 

el pasado dos de abril partio mi padre, estuve con el hasta el ultima exhalacion, no queria ni misas ni gaitas, pensaba que la muerte era una liberacion, a que si me acompañais en el sentimientom, nada de tristezas, sed felices y brindad fue su deseo. Este poema abrira el cuarto libro, "cogidas al vuelo en castellano seco".    gracias

  • Autor: Dj Shanti (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 11 de abril de 2013 a las 08:25
  • Comentario del autor sobre el poema:
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 19
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