No se vive, mientras las nubes se despeinan,
mientras los asientos se desvisten.
Al parecer muere la vista, y quedan
las manos esclavas.
Muere la voz que humillo,
las tardes en el mar,
aquella que en el escote
de tu oído se apacigua.
Mueren los ojos apretados,
aquellos que trepaban las bienvenidas.
No se vive muriendo,
dejando las llaves en el puño.
Se vive invitado,
no en la puerta que se encoje,
en la ventana virgen, cuya virginidad
empaña los disgustos,
aclara los jazmines clásicos.
No se vive en la mujer sepultada.
Se vive en el concierto de su andar,
aquel que vive perdido y resucita en mi mirar.
Humberto Velásquez Jiménez
11-Abril-2013
7:01 p.m.
- Autor: Humberto Velaji (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 11 de abril de 2013 a las 22:20
- Comentario del autor sobre el poema: Vivamos en amor al lado de alguien que nos conforte y nos robe sonrisas.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 42
- Usuarios favoritos de este poema: nellycastell, lyi roseblue
Comentarios2
No se vive en la mujer sepultada.
Se vive en el concierto de su andar,
aquel que vive perdido y resucita en mi mirar
Muy especial este final querido poeta. Un abrazo.
WOWWW!
SALUDITOS Y MI AFECTO
: )
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