Una vez más, estás dudando
de mi palabra.
Me apena tu desconfianza.
Ni que hiciese unas horas
que me conoces.
Últimamente eres
muy desconfiada conmigo.
Me agradaría me dijeses por qué.
¿por mis tardanzas en llegar a casa?
quiere decir que después
de tantos años de conocernos,
tienes dudas de mi fidelidad.
¿Me estás catalogando de infiel?
dame una sola prueba
de mi infidelidad, y he de darte la razón.
A veces te sientes sola,
también yo me siento solo
cuando tú no estás en casa.
Se dónde estás.
al menos, cuando me dices dónde
has estado, te creo,
no desconfío de ti.
¿qué es lo que te pasa amor?
¿sientes celos?
entonces, dime de quién.
Nómbramela. Dame su nombre,
y te diré qué clase de relación
tengo con ella.
La que creo supongo quién es.
¿acaso ella algo te ha dicho?
¿te das cuenta que no obtengo respuesta?
desconfías de mí...
No tienes ningún motivo
ni argumento que puedas
acusarme por alguna infidelidad.
Solamente es una idea que tienes metida
en tu cabeza, la cual no existe.
Confía en mí, amor.
No quiero te hagas problemas
por algo inexistente.
Son solo ideas tuyas...
además, sabes cuál es el verdadero
motivo por el que casi todos los días
llego tarde, pero yo al irme te lo advierto.
Sabes dónde voy, y con quiénes estoy.
Tienes razón, no tendría que despilfarrar
el dinero en juegos de azar.
Te comprendo, sí, te comprendo.
Y te doy la razón.
Es que... no puedo evitarlo,
es más fuerte que yo.
Te prometo, sí, que he de dejar de jugar.
Hay noches que veo esa bolilla
girar sobre esa rueda,
y me dan ganas de correr,
de escapar... pero no lo logro.
Sí, tienes razón, no te la niego,
dejo de jugar cuando ya no
me queda un peso encima...
pero de ser un empedernido jugador,
a ser un esposo infiel,
hay una gran diferencia.
Mi amante es la ruleta,
no es de carne y hueso,
como tú a veces supones.
Eres de ella una de sus mejores amigas,
y ella de ti. Estoy seguro de que ella
nada te ha dicho, porque nunca
nada ha pasado entre nosotros.
Si de jóvenes hemos sido casi novios,
dejamos de serlo cuando de ella
me separé al conocerte
y enamorarme de ti.
En ese momento tú y yo
estábamos seguros
de lo que hacíamos...
Ella lo comprendió, y lo aceptó.
Era tan buena persona,
que hasta te hiciste amiga de ella.
Se que siempre llevabas metido
en tu cabeza, el pensamiento
erróneo de que pudiésemos
volver a sentir lo que
en un momento sentimos.
Pero nosotros no nos conocíamos.
Y al conocernos, nos enamoramos,
y lo mío con ella quedó atrás, en el olvido.
Ella lo aceptó, y tú y yo también...
deja de sentir celos injustificados.
No han quedado rencores
de ella hacia mí. Porque comprendió
que yo más a ti, te amaba.
No sientas celos ahora,
porque no tienes motivos para sentirlos.
Yo te amo, confía en mí, amor...
Todos los derechos reservados del autor( Hugo Emilio Ocanto - 12/04/2013)
- Autor: hugo emilio ocanto (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de abril de 2013 a las 00:48
- Categoría: Amor
- Lecturas: 60
- Usuarios favoritos de este poema: Hugo Emilio Ocanto, lindaestrella, grabra, claudia07, nellycastell, Angel Reyes Burgos, Poemas de Pepita Fernández
Comentarios4
Creo que la confianza es algo primordial, pero es muy dificil tenerla al 100 por ciento, muy buen escrito Hugo, un abrazo!!!
Con el tiempo, realmente hay que demostrar que uno va a cambiar. De verdad. Muchas gracias poetisa. Mi saludo y un abrazo: Hugo Emilio
MUY BUENO AMIGO , GRAN TEMA ESE DE LA CONFIANZA ,ABRAZOS
Mucho te agradezco Claudia tu opinión. Abrazos: Hugo Emilio
Siempre he de creer en tu palabra porque los hombres como tú se distinguen por sus condiciones amigo. Es un orgullo ser tu amiga. Un abrazo Hugo.
Y para mi también es un orgullo me cuentes entre tus amigos, y me visites, Nelly. Los verdaderos sentimientos de amistad, ambos los sentimos, como amigos, a través de la alegría y el orgullo de serlos.Un abrazo, Nelly: Hugo Emilio.
Cuesta mucho confiar pero el protagonista lo logrará
PRECIOSO texto, amigo querido
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