Te veo, en aquel salón…
nuestras miradas se cruzan.
El maestro habla,
se evapora.
Te observo de nuevo.
Veo tu cuerpo moviéndose al ritmo de tu instrumento.
Y quisiera tenerte…
en la mesa, en el piano.
Quiero desnudar tu cuerpo.
Se me va el tiempo, pensándote,
gente pasa en el corredor.
Y quiero tenerte, en el teatro,
detrás del salón.
Veo tus labios, tus ojos… estás a unos metros…
Me miras, con una mirada retadora, deseosa…
en nuestra rivalidad está nuestro deseo.
Sonrió entre dientes; entonces preguntan
¿Qué tienes?...Nada, contesto en voz baja.
Y te desnudo otra vez,
e imagino tu cuerpo con el mío.
Recuerdo las veces que pasas
frente a mí, tan egoísta.
¿Cuánto orgullo cabe en ti?
Y disimuladamente te veo,
me ves sin querer que te vea.
Y entonces te quiero así…
Provocas sensaciones extrañas
Y deseos inexplicables.
Me excitas.
Y te quiero…sobre la mesa.
Comentarios2
Hola...
He visitado tu casa para conocer
que misterios rondan tu corazón,
con que sutileza cuentas tus cosas
y con que fuerza brota tu nostalgia...
Muy bonito...!
Gracias!!
Un placer tenerte en mi espacio.
Éxito.
¡Por favor, una cubeta de agua fría! Para mí eh, no para vos.
haha.
Èxito.
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