creció entre montañas.
vientos acunaron su oído.
canto de las aves al atardecer su consuelo.
ríos sus cantores de la noche.
granizos para calmar su sed.
relámpagos su lumbrera.
lecho de nieve y su riqueza la roca.
su santo día yerbas silvestres.
estrellas le rodearon y guiaron.
la luna se compadeció de él.
el sol recobro su fuerza.
polvo y viento pintaron su cielo.
dragones sus inquisidores, enemigos.
¿Quién sabe, quiénes eran?
pero vio el mundo florecer a su entorno,
siente el hombre la vida y aún vive.
- Autor: II Nehemias Cutire ( Offline)
- Publicado: 13 de abril de 2013 a las 14:01
- Categoría: Naturaleza
- Lecturas: 344
- Usuarios favoritos de este poema: Peregrina
Comentarios2
Evocar la naturaleza es siempre tan reconfortante....
Hombre del ande...Precioso!! Sigue escribiendo...Me encantó.
Un cordial saludo de
Peregrina
muchas gracias por la apreciacion, y amistad.
Si el hombre puede sentir a la naturaleza e intercambiar con ella, al punto de describirse satisfecho y hasta feliz, es posible que llegue a ser inmune a la dependencia de otros hombres.
Vivir la realidad conscientemente con el toque divino es buscar lo espiritual...
Muchas gracias por la apreciación y su amistad.
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