Miríadas de rayos emanan de tu cuerpo impoluto, siempre despidiendo exquisitos aromas de lavanda, mirto o naturaleza exuberante.
Juntos, con la complicidad del silencio, hemos ido a cabalgar montados sobre potros de nubes a la insondable esfera celeste para vivenciar el apacible vuelo etéreo de los querubines.
Y juntos lloramos de alegría.
¡Qué gratificante es darle rienda suelta a la magia de la imaginación!
Ilustración: Jhosué José Fernández Rodulfo.
- Autor: rodulfogonzalez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 15 de abril de 2013 a las 12:13
- Categoría: Amor
- Lecturas: 95
- Usuarios favoritos de este poema: Maria Hodunok.
Comentarios1
PRECIOSO, soñador como yo, lo mejor es volar por las nubes respirando paz y quietud, muy hermoso tu poema.
CARIÑITOS DE LUZ.
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