Sin comprender aún las vivencias
de la infancia, de la juventud, de la madurez
mi mente pide entendimiento,
mi corazón sediento de ternura,
mi espiritu indomable en cada momento.
No es solo silencio lo que mi ser vive, requiere
e intenta comprender esa profunda sensación
de soledad, de ausencia, de angustia, de tristeza.
Mi conciencia hace que comprenda que
nada de lo que sucede está fuera de mi, al
contrario reconozco que está en mi interior, sin aún
lograr el discernimiento, es como la sombra que está,
y no se palpa, que se proyecta y no se sabe la fuente.
La confianza, el optimismo, la fé
me llevan a reconocer que nada es eterno,
que cada instante es un morir, al inmediato pasado,
del ayer, de la semana anterior,
del mes ... que lo comprenda o no, igual viviré
la inexplicable infinitud.
- Autor: maraseda (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 18 de abril de 2013 a las 00:38
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 51
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios2
Al final de cuentas todo tiene un movimiento dialéctico y armónico, todo en si contiene su contrario.
un grato placer poder leerte
un saludo.
Mí sensible corazón poetico se alegra al leer tus preciados versos espirituales amiga Maraseda
Saludos afectuosos de amistad
Críspulo
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