Cuando muera
LA MULTIDIVISION DE LOS PANES
En los tiempos bíblicos, cuando Jesús, hijo de José Carpentier y de María Engracia, andaba por las tierras de la Galilea haciendo su campaña hacia el reinado de los cielos, alguna vez a sus promotores de campaña se les fue la mano en publicidad y perifonearon tanto, y pegaron tantos pergaminos invitando a la gran manifestación a orillas del lago libertades, que se les apareció màs concurrencia de la esperada, y como habían prometido refrigerio para los asistentes, lo que en realidad era mera carreta promesera porque para esa campaña no tenían ni un céntimo, debido a que a la hora de embarcarse en semejante proyecto político, al bueno del Jesús le dio la ventolera por decirle a sus compañeros de lucha que repartieran todas sus pertenencias, con lo que ni para comer les quedo a ellos, y menos para la turba que los seguía de aldea en aldea, con la esperanza de encontrar en los milagros del maestro Jesús la solución a todas sus penalidades, que no eran pocas.
Como ya llevaban tres días oyéndole la carreta al hombre: que bienaventurados los pobres, que de malas los ricos que no irán al cielo, que de buenas los mongólicos y demás tarados porque ya tenían su cupito asegurado allá arriba, en el cielo, que dale con el perdón, que amaos los unos a las otras, y que dele que dele y el ahí parado, el público sediento y hambreado, ahí parado, a la espera de lo prometido, la comidita, el fiambresito, porque ese último día no había probado bocado y ya había gentes por ahí desmayadas de puritita hambre, y lo que habían comido los dos días anteriores no había sido por cuenta de la campaña, sino de lo que cada crédulo había llevado en su bolsa desde su rancho, pero de eso ya nada quedaba, por lo que la montonera se fue envirilando y comenzaron a gritarle a Jesús,
- Tenemos hambre,
- queremos pitanza,
- tus palabras no llenan la panza.
Entonces el buen Jesús cambio el tema de su discurso y comenzó a decirles
- No solo de pan vive el hombre, sino también de la palabra de dios, ved como las avecillas de los cielos y los cucarrones no trabajan y nunca les falta el alimento.
- Que va, marica, grito alguien entre el montón, pura paja, no ves que los pájaros tienen que volar hasta la puta mierda a buscar cualquier mecha de mora o de gusano pa comer y traerle a los pichones?. Y no ves como los cucarrones tienen que moverse a buscar la mierda que comerán?.
- A ver, comida nos prometieron y comida nos tiene que dar cabrones de mierda, o esta puta campaña se acaba aquí porque los vamos es a tirar al lago pa que se jodan, maricas, politiqueros hijos de perra.
Así las cosas, y más asustados que perro en misa, Jesús y sus parceros, se pusieron pilas y pillaron que algunos manes de la gallada tenían algo de panes y pescados, los primeros, robados en la casucha de unos vecinos que descuidaron lo suyo, por irse a abrir la boca, oyendo la palabra de Jesús, y los segundos, raponeados a unos pescadorcitos que pasaban por allí con el producto de su trabajo, en el cual mal que la vieron aquel día, porque con semejante algarabía de aquella turba emputecida y hambrienta los peces habían cambiado de domicilio.
- Vengan acá, ladronzuelos, les dijo Jesús, eso que se han tomado sin ser de ustedes, lo tendrán que compartir con sus projimos, hay que practicar la solidaridad, compañeros, así que traigan acá ese poco de comida a ver que logramos hacer para evitar que esta jauría nos devore
Pillados los ladrones entregaron su botín a Jesús y este colocando lo así obtenido en una cesta, alzo los brazos y la mirada al cielo y dijo
- Padre, bendice este alimento, fruto del lago y de la astucia de algunos de tus hijos aquí presentes, incluido yo, y procedió a multiplicar los panes y los pescados, o mejor dicho, a dividirlos en migajas tan pequeñas, que apenas si dejaban en la boca la efímera sensación del sabor de una degustación brindada en algún supermercado moderno
Entonces yo, que de metiche andaba por allí en aquellos tiempos, viendo como los politiqueros siempre prometen, nunca cumplen y cuando se coronan la curul, se enriquecen y les da por padecer una amnesia total frente a los carga leñas que los llevaron al poder, decidí volver a mis asuntos, sin recibir la mísera ración de aquel inicuo prorrateo, en el cual lo repartido fue lo del pobre, porque lo del rico, que también andaban por allí, escuchando los sermones del buen Jesús, para ver en que les favorecía o les perjudicaba, ni siquiera se pensó en tocarlo para calmar el hambre de la triste gentuza
fernandocardonakaro..
- Autor: fernandocardonakaro ( Offline)
- Publicado: 19 de abril de 2013 a las 13:11
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 52
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