Expulsando un grito sin sonido

Sentir Dios en mi alma, tranquilidad infinita siento; pero cada vez que las cosas se abren para mi, se cierran como si nada tuviera sentido, muchas pruebas pocas puertas abiertas…la vida no es para mi, el primer pensamiento que cruza por mi cabeza, y el recuerdo de algo que soñé algún día, es la luz que me impulsa a ver y sentir la esperanza que da quizás a este modo de vivir un aliento que impulsa a seguir adelante.

El recuerdo de topar fondo, de necesitar a Dios en las malas, es desesperación, ya ni siquiera siento eso, todo me da igual, solo espero y veo transcurrir esta vida, que es hermosa pero para que, para ser feliz.  Será que lo que vivo y siento me complementa, me hace sonreír con la fuerza de la sinceridad en el alma, aun no tengo explicación, pero estoy tranquilo, inventando una oración o escribiendo quizás un grito que no quiero expulsar de mi corazón.

Veo que todos luchan para tener algo, pero que insignificante se vuelve cuando lo consiguen, que será que tiene esta vida misteriosa, que a veces no quisiera saber nada, quisiera dejarme atrapar por este mundo, quiero sentir ese abrazo que me dice duerme y sigue soñando. Tiemblo, lloro y hasta sonrío al mismo tiempo, que pasa que hay por descubrir, que vendrá si me quedo así, que hago, que tengo, preguntas que me las respondo y no las escribo.

Estalla en mi mente el sueño y empiezo a vivirlo, pero no puedo respirarlo, que es lo que quiero decir o que tengo que hacer, si nada me conforma aquí, quisiera ser indígena o de las personas que se apartan de la civilización para no ver injusticia y ser feliz, pero algo me mantiene aquí, Lenin paciencia sigue cultivándola me dice la voz que me acompaña, me quejo por todo o quizás no, pero ver a todos es un lio, nadie es sincero, nadie tiene sentido, todos van por sus deseos, que quieren conseguir, respeto, dinero, amor, pero como la hacen. Sacrifican tiempo, espacio, salud, se descuidan siempre de algo.

Las palabras se juntan pero el propósito aun no lo encuentro, porque aun espero aquello de sonreír con humildad y sinceridad, me preocupo demasiado por vivir según lo que pienso, que me descuido de mi vida aquí en la tierra. Las ideas viajan, se chocan entre si, no permiten que el pensamiento o el significado de este grito llegue a su revelación. Me quedo sin nada y sigo luchando y viendo lo que a mi alma enferma y llena de dolor.