Es tan inevitable llorar, pero me exaspera hacerlo…
¿Por qué es tan difícil soltar aquella rosa que nos lastima?
¿Por qué nos aferramos a aquello que más daño nos hace?
Soy una malagradecida,
Porque aún teniéndolo todo, valoro sólo aquello que me falta.
El ser humano se ha vuelto masoquista,
Yo, me he vuelto masoquista…
Nos acostumbramos al dolor como si fuese algo muy común,
Y no lo es,
Aunque hace parte de nuestra vida,
No tenemos que estar tristes todos los días.
¿Por qué nos quejamos por lo que no tenemos,
En vez de agradecer lo que poseemos?
No entiendo por qué si soy consciente
Y reconozco que estoy fallando,
Sigo cometiendo el mismo error,
Me cansé de sufrir, me cansé de llorar,
¿Por qué si he superado cosas peores,
Pienso que no voy a superar la partida de un amor?
Me tengo que levantar,
Dejar a tras todo aquello que me impide continuar,
Y usar esta piedra para mañana batallar.
Comentarios3
Bonita reflexión amiga Saray, uno siempre llega a ese punto de cansarse de las cosas; así para seguir adelante.
Así son las rebeliones del amor cuando se rebela, y sólo entonces cumple su elevada misión liberadora. Felicitaciones...!!
Hola, Saray
Hay que estar en pie de lucha, así los muros se derrumben, el rio rompa su cauce y un árbol longevo obstaculice el sendero. Es cierto lo que dices, el dolor es parte de uno y el dolor es lo que nos hace humanos.
Humano demasiado humano para reconocer que con el dolor se aprende, cada vez, una vez más. Así las manos ya no puedan con tanta lágrima, los ojos estén hinchados a más no poder, así se quiera desbaratar el mundo propio; siempre habrá un mañana para recomenzar.
El dolor hace parte del duelo y cuando se pasa cada una de las facetas, y se haya sobrevivido, entonces, la piedra que fue el obstáculo, será el proyectil para una nueva travesía, con mayor experiencia.
Distanciándome de lo anterior, admito que he leído dos poemas tuyos, escritos hace muchos años, por tanto, aquellas experiencias, son lo que te hace hoy, valiente. Sé, es una aseveración que no debería. Sin embargo, por lo que he leído, hay alma en los poemas. Habrá que leer los de ahora, si los hay, no lo sé. Lo digo, porque hay fuerza en lo que escribes.
Por último, te comparto un poema que hace alusión a la lucha diaria de José Emilio Pacheco
El alba está lejana. No sé qué busca el pájaro entre la noche densa. Habla, murmura, insiste. Se acerca a la ventana. Dice que el sol no ha muerto y existe otro mañana.
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