Este animal observador
tiene un nervio de esperanza
ligado con lo eterno,
con sus ojos toca
todo lo transparente,
lo lejano.
Oh ventanas dulcísimas del alma,
oh las manos del corazón
abiertas para siempre.
- Autor: Henry López (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de abril de 2013 a las 03:10
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 49
- Usuarios favoritos de este poema: Sara (Bar literario), Winda, rosi12
Comentarios3
Sin esperanza que nos quedaría n.n
Escelente poema estimado señor Henry López
Saludos de amistad
Gracias caballero. Muy amable. Que estés muy bien.
Me gusta acercarme a tu espacio para disfrutar de tan excelente poema
Saludos
Gracias, eres muy amable.
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