Comenzando por la mañana,
dispuesta a morir como en todas las jornadas.
Abro mi puerta, desesperanza, cansada de la rutina, del disfraz, del ir y venir de la monotonía
Me atrevo suplicante a ver el cielo, al que nunca jamás miran los ciegos
Y mira... es el gran cristal, completo...
Allí está, indiferente, despilfarrando belleza, lejos de la mediocridad, en su pequeño lapso de inmortalidad.
- Autor: SashaB (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de abril de 2013 a las 15:26
- Comentario del autor sobre el poema: Feliz muerte y nuevo comienzo, querida Luna.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 166
- Usuarios favoritos de este poema: luis loria, Sphaera, Eduardo Manuel 17
Comentarios2
Cómo dice el título de un amigo poeta ''La luna ignora mi afición por ella''... Lindo tu poema... Gracias por lo escrito...
Gracias a vos por comentar en mi espacio.
Bienvenido!!!
Saludos ,
SASHAB
Es un bello poema lleno de simbolismo.
El día como símbolo de lo prosáico, de la alineación. Cuando nos ponemos la máscara social, el día nos hace disfrazarnos de lo que no somos. Por eso, se siente como una muerte, por quien ha despertado de la ilusión de los sentidos. Aunque sea pequeña, temporal.
En contraste, la luna. La que jamás miran los ciegos, aquellos que viven presos de sus sentidos, aquellos que solo ven y viven en el fango de lo ordinario. La luna, símbolo de vida para los que escuchan su voz interior. Desde su presencia y lejania, desde su belleza invitando a la ensoñación.
Gracias por estar aquí. No sabes cuanto te valoro.
Sin dudas así es.
Ahora sólo existe un flujo de energía incesante, siempre presente. Que puede revertirse, que puede modificarse.
Por eso La Luna en el día, quizá nadie se haya dado cuenta. Fue expresado muy sutilmente.
Mi día empieza con la Luna, simplemente eso.
Gracias Sasha. Significan mucho para mi tus poemas y tu amistad . Lo sabes.
Mi día también empieza así. Es cuando somos verdaderamente nosotros mismos. Porque podemos expresarnos desde nuestro interior. A la luz de la Luna no necesitamos los disfraces de la vida ordinaria. ¡Somos libres de escuchar nuestra voz interior, de sentir desde lo profundo del corazón!.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.